“Día de horror”, así tituló La Nación, el 12 de setiembre de 2001, su primera plana, con una fotografía de los escombros del World Trade Center, en Estados Unidos, luego del ataque terrorista más impactante de los últimos tiempos.
Las llamadas Torres Gemelas, de 417 metros de altura y 110 pisos, se convirtieron en polvo luego de ser impactadas por dos aviones en un lapso de 18 minutos, que se hizo eterno para las miles de personas que vieron la muerte frente a sus ojos.
Una serie de cuatro atentados suicidas, presuntamente cometidos por la red yihadista Al Qaeda, causaron la muerte de más de 2.900 ciudadanos y pérdidas económicas cercanas a los $10.000 millones.
El infierno empezó a las 8:45 a. m. (6:45 a. m. de Costa Rica), cuando los primeros dos aviones comerciales impactaron las torres, en las que se encontraban cerca de 50.000 personas. Después, el terror alcanzó las inmediaciones de Washington, donde una tercer aeronave hizo impacto contra el Pentágono, que albergaba alrededor de 24.000 trabajadores.
Un cuarto avión se estrelló en el estado de Pensilvania, aparentemente cuando los secuestradores intentaban dirigirlo hacia la capital estadounidense.
Los atentados pusieron al gobierno del entonces presidente George W. Bush frente a la crisis más grave de su mandato.
Todas las sospechas del ataque se dirigieron hacia el dirigente fundamentalista saudí Osama bin Laden, ya que sus seguidores habían advertido que ejecutarían un “ataque gigantesco y sin precedentes” contra Washington.
Luego del suceso, Costa Rica entró en duelo por dos días y las banderas ondearon a media asta, como signo de homenaje y respeto por las víctimas de los atentados. El decreto lo firmó el jerarca de ese momento, Miguel Ángel Rodríguez Echeverría.
El presidente enfatizó que nuestro país estaba preparado para enfrentar el reacomodo económico que iba a sufrir Estados Unidos, ya que se contaba con suficiente combustible para cubrir necesidades y se descartaba una posible subida de precios.
Además, inmediatamente después del ataque, se cerraron las vías aledañas a la Embajada de esa nación, ubicada en Pavas, y el Ministerio de Seguridad Pública anunció que ofrecería protección especial a funcionarios y sitios estratégicos de interés estadounidense y nacional.
La Casa Presidencial en Zapote, los principales aeropuertos del país y las oficinas de varias aerolíneas fueron parte de esa operación preventiva costarricense.
Buscamos en nuestro archivo y rescatamos 15 páginas de la historia que hoy conmemora su 20 aniversario.
Cabe destacar que con el derrumbe de las torres, también se vinieron abajo las bolsas mundiales, el precio de algunas monedas y la esperanza de una recuperación económica en Estados Unidos luego de la recesión.
La economía tica también resultó golpeada, ya que ciudadanos estadounidenses cancelaron al menos 100 habitaciones que tenían apartadas en el hotel Real Intercontinental, lo que generó pérdidas por unos $50.000.
El Grupo Taca, United y Continental incluso suspendieron todos sus vuelos hacia ese país norteamericano.