Washington
El presidente Donald Trump destacó este viernes la "relación especial" entre Estados Unidos y Gran Bretaña y su respaldo al brexit tras recibir en Washington a la primer ministra británica Theresa May.
Durante una breve conferencia de prensa, ambos dirigentes se comprometieron a reforzar los lazos económicos bilaterales, aunque se mantuvieron evasivos sobre la fecha y las características de su futuro acuerdo comercial.
"Creo que vamos a entendernos muy bien", dijo Trump tras recibir personalmente a May, primer dirigente extranjera en visitarlo. El nuevo inquilino de la Casa Blanca comunicó de inmediato que aceptaba una invitación de la reina Isabel II para viajar este año al Reino Unido.
"Una de las cosas que tenemos en común es la voluntad de dar prioridad a los intereses de los trabajadores ordinarios", subrayó por su lado May.
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Sorprendente fue la imagen de ambos gobernantes tomándose de la mano al marchar juntos por el jardín de la Casa Blanca.
En momentos de tensiones en las relaciones transatlánticas, la jefa del gobierno británico destacó el compromiso total de Trump con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Trump, que semanas atrás había calificado de "obsoleta" a la alianza atlántica, no formuló comentario alguno al respecto.
Tal y como ha demostrado la entrada en materia, tensa y caótica, del gobierno de Trump con el vecino mexicano sobre el proyecto de construcción de un muro en la frontera, la diplomacia estadounidense entra en una era claramente imprevisible.
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Los europeos, en particular, no ocultan su desconfianza hacia el nuevo inquilino de la Casa Blanca, a cuyo gobierno perciben como un "desafío" a sus intereses, como lo resumió el presidente francés François Hollande unas horas antes de la llegada de Theresa May a la sede de la presidencia estadounidense.
El mandatario republicano respaldó el brexit afirmando que se trataba de "algo maravilloso" para el país europeo.
"Creo que cuando se lleve a cabo tendrán vuestra propia identidad y tendrán la gente que quieran en su país", le dijo a May. "Van a poder hacer acuerdos de libre comercio sin tener a nadie vigilando lo que hagan".
"Finalmente el brexit será una enorme ventaja, no un enorme freno" para Gran Bretaña, consideró.
Trump y May se refirieron también a las sanciones aplicadas a Rusia.
Es "muy pronto" para hablar de aliviarlas, dijo el presidente estadounidense, un día antes de una programada conversación telefónica con el presidente ruso Vladimir Putin.
Por su parte, May estimó que Putin debe cumplir con el acuerdo firmado en Minsk para poner fin a la intervención militar rusa en Ucrania. "Creemos que las sanciones deben continuar hasta que veamos que (Putin) aplique plenamente el acuerdo de Minsk", señaló.
Respecto a sus muy controvertidas declaraciones sobre el recurso a la tortura en la lucha contra el terrorismo, el magnate republicano dijo que dejará a su ministro de Defensa, James Mattis, la decisión al respecto.
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El submarino (simulación de ahogamiento), un método de interrogatorio asimilado a la tortura a nivel internacional, ha sido practicado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en sus prisiones secretas bajo la presidencia de George W. Bush (2011-2009). Barack Obama (2009-2017) lo prohibió, pero Trump se dijo favorable a restablecerlo.
La decisión de May de viajar a Washington apenas una semana después de la asunción de Trump y sus declaraciones actuales y anteriores sobre el empleo de la tortura, las mujeres, los inmigrantes y los musulmanes, ha sido criticada en la propia Gran Bretaña.
Londres espera que las discusiones sobre el futuro acuerdo comercial con Estados Unidos se inicien rápidamente, pero su margen de maniobra es estrecho mientras no se concrete su divorcio de la UE, según lo ha recordado la Comisión Europea.