El grupo yihadista Estado Islámico (EI o ISIS, por sus siglas en inglés) confirmó este jueves la muerte de su jefe Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurashi, anunciada a principios de febrero por Estados Unidos, y nombró como su sucesor a Abu Hasan al-Hashemi al-Qurashi.
Los yihadistas del EI “aseguraron su lealtad a Abu Hasan al-Hashemi al-Qurashi, emir de los creyentes y califa de los musulmanes”, declaró el portavoz del grupo, Abu Omar al-Muhajir, en una grabación audio publicada en Telegram, en la cual confirmó la muerte del antiguo jefe del EI.
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“Abu Ibrahim al-Hashimi al-Qurashi y el portavoz oficial de Estado Islámico, (...) Abu Hamza al-Qurashi murieron recientemente”, indicó. Abu Ibrahim al-Qurashi se hizo estallar con un cinturón de explosivos a principios de febrero, durante una operación de Estados Unidos en Siria, según indicó el presidente Joe Biden el 3 de febrero.
La operación estadounidense, en la región siria de Idlib, se produjo días después de que el EI lanzara su mayor ofensiva en años contra una prisión gestionada por los kurdos en la ciudad de Hassake, donde estaban encarcelados numerosos yihadistas. En octubre del 2019, Abu Bakr al Baghdadi, predecesor de Qurashi al frente del EI, fue eliminado en un ataque también en la región de Idlib, controlada en gran parte por yihadistas y rebeldes.
Qurashi, de nacionalidad iraquí y oriundo de Tal Afar, a 70 kilómetros de Mosul, se puso entonces al frente del grupo Estado Islámico, responsable de numerosas atrocidades y atentados en Oriente Medio y en varios países occidentales.
El ‘califato’ del EI
Poco se sabe hasta ahora del nuevo jefe del EI, salvo que era el número tres del movimiento yihadista. “Simplemente no sabemos nada sobre su identidad”, dijo Tore Hamming, investigador del departamento de estudios de guerra del King’s College de Londres.
Colin Clarke, director de investigación de Soufan Group, dijo que “el nuevo califa debe ser alguien que pueda devolverle impulso al grupo”. Según el comunicado del EI, Abu Hasan al-Hashemi al-Qurashi fue designado como sucesor por Abu Ibrahim al-Qurashi, nominación que luego fue confirmada por los dirigentes del grupo.
Damien Ferre, director de la consultora Jihad Analytics, dijo que la elección del sucesor probablemente se hizo antes de la muerte de Abu Ibrahim para evitar divisiones internas. “La decisión se tomó tempranamente para evitar una desestabilización del grupo”, dijo a la AFP, y explicó que se aplicó una lógica similar a la del 2019.
Abu Hasan al-Hashemi al-Qurashi llega a la jefatura del EI en momentos en que el grupo aparece debilitado por las operaciones apoyadas por Estados Unidos en Irak y Siria para frenar un resurgimiento de los yihadistas. En su época de mayor expansión territorial, el EI autoproclamó un califato que se extendía por amplias zonas de Irak y Siria con millones de habitantes.
En esos territorios, el EI impuso una rígida aplicación de la ley islámica, persiguió a las minorías y perpetró numerosas violaciones de los derechos humanos, según varias ONG y gobiernos occidentales.
Los yihadistas fueron definitivamente derrotados en marzo del 2019 en los principales enclaves de su “califato”, al cabo de una larga y sangrienta campaña militar con apoyo de la coalición internacional liderada por Estados Unidos y dirigida en tierra por kurdos sirios y fuerzas iraquíes.
Los milicianos remanentes del EI se ocultaron mayoritariamente en en el desierto de Siria, desde donde volvieron a cometer ataques. Según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), divulgado el año pasado, se estima que al menos 10.000 combatientes del grupo Estado Islámico siguen activos en Irak y Siria.
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