El papa Francisco y el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, se reunieron hoy en el Vaticano durante 50 minutos y después pasaron a los saludos y la entrega de regalos.
La reunión duró, por tanto, más de la media hora que suelen durar las conversaciones del papa con los jefes de Estado y Gobierno que le visitan.
Tras el ceremonial del intercambio de regalos y la presentación de la delegación, Obama se reunirá con el Secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, quien el pasado enero ya mantuvo una larga conversación en el Vaticano con su homólogo estadounidense John Kerry, quien también hoy participará en la reunión.
"Soy su gran admirador", le dijo Obama en inglés al saludar a Francisco.
El presidente entró en el pequeño Estado a través del Arco de las Campanas, tras atravesar la plaza de San Pedro, y llegó en coche hasta el patio de San Damaso, donde recibió los honores de un piquete de la Guardia Suiza y fue recibido por el prefecto de la Casa Pontificia, el arzobispo Georg Ganswein, quien le acompañará hasta la Sala del Tronetto, donde le esperará Francisco.
El pontífice y Obama estrechaban sus manos en el salón del pequeño trono antes de sentarse ante una mesa de madera en la biblioteca papal acompañados de sus traductores.
"Es un gran honor", dijo Obama. "Muchas gracias por recibirme".