Barcelona
Los servicios de salud de Cataluña informaron el domingo que 844 personas han sido atendidas en hospitales después de que la policía trató de impedir la realización del referendo independentista.
Las autoridades dijeron que dos personas están graves y una más tuvo una lesión ocular que se ajusta al perfil de haber sido golpeada por una bala de goma.
Uno de ellos, un hombre de unos 70 años que se encontraba en un colegio electoral de Lleida, a unos 150 km al oeste de Barcelona y que "ha sufrido un infarto cuando la policía iba a desalojar", informó a la AFP una portavoz de los servicios de urgencias médicas.
Policías antimotines irrumpieron a la fuerza en centros de votación en Cataluña para tratar de impedir el referéndum y dispararon balas de goma y usaron macanas contra las personas que les impedían confiscar las boletas.
Por su lado, el ministerio del Interior español informó que 33 agentes "han requerido atención médica inmediata a raíz de su trabajo hoy en los colegios": 19 policías nacionales y 14 guardias civiles.
Desde antes del amanecer, cientos de personas se habían concentrado ante los colegios electorales previstos por el gobierno regional catalán para la celebración de la consulta, prohibida por Madrid.
Sin embargo, al finalizar el día, se contabilizaban más de 300 centros de votación clausurados, según informó el Gobierno Catalán.
El ministerio del Interior confirmó, por su parte, que cerraron 92 recintos de votación en toda Cataluña. Las cifras fueron dadas a las 17H00 locales, tres horas antes del fin de la votación.
Bajo este panorama, se desconoce cuántos de los 2.300 centros de votación previstos para el referendo pudieron abrir realmente.
A los centros de votación que lograron ser clausurados, la policía y la Guardia Civil entraron por la fuerza, esta situación se presentó especialmente en Barcelona y en Gerona, el feudo del presidente catalán, el separtista Carles Puigdemont.
En algunos casos, los agentes cargaron contra aquellos que opusieron resistencia, utilizando balines de goma, según varios testigos interrogados por AFP.
Testigos presenciales difundieron en redes sociales imágenes de los incidentes, que mostraban cómo algunos manifestantes eran empujados por la policía, e, incluso, golpeados con porras para que se fueran.
En otro video se veía a manifestantes gritando "asesinos, asesinos" a los agentes, y rodeando, con las manos en alto, a un grupo de antidisturbios.
Al respecto, el presidente catalán Carles Puigdemont condenó la represión. “La violencia injustificada del Estado le avergonzará para siempre” , dijo mientras una multitud le aplaudía.
Por su parte, la vicepresidenta del gobierno español, Soraya Sáenz de Santamaría, declaró que el estado ha respondido con “firmeza y proporcionalidad a los planes de la Generalitat”.
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Manifestaciones en Madrid
Entre tanto, en Madrid, enarbolando banderas españolas y cantando más de mil personas se manifestaron en la Plaza Mayor, en un caos absoluto, contra la independencia de Cataluña, mientras que los turistas se tomaban selfis.
Querían denunciar "la declaración unilateral de independencia" que podría proclamar Cataluña, atendiendo al llamado de un pequeño partido llamado "Libres" que afirma ser "social liberal".
Los participantes portaban banderas españolas y coreaban lemas como "íNo, no se engañen, Cataluña es española!" o "íYo soy español, español, español!". Además, exigían el arresto del presidente catalán, Carles Puigdemont, que organizó el referéndum sobre la independencia, pese a que la Justicia lo había prohibido, al grito de "íPuigdemont, a prisión!".
La manifestación se volvió confusa cuando el segundo orador, Iván González, tomó el altavoz para exigir la dimisión del jefe de gobierno español, Mariano Rajoy, provocando enardecidas reacciones por parte de los manifestantes, especialmente de las personas mayores. "íFuera!", "íNo hemos venido para eso!", gritaban, indignados.
"El Gobierno tenía que haber adoptado el artículo 155 desde hace tiempo", que permite al ejecutivo suspender la autonomía catalana, explicó a la AFP González, que se identificó como miembro del partido "Libres". "No han sido estadistas", lamentó.
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Los congregados se dirigieron a continuación hacia la vecina Puerta del Sol, abriéndose paso entre numerosos turistas.
La concentración fue haciéndose cada vez más grande, con la llegada de numerosos jóvenes que supieron de la manifestación a través del servicio de mensajería móvil Whatsapp.
Entre ellos, Rodrigo Liébana, habitante de Barcelona, de 29 años, que enarbolaba una bandera española y otra catalana, sin estrella independentista. "Si andas con esas banderas en Cataluña te tratan de facha", afirmó.
El grupúsculo de extrema derecha Democracia Nacional también se dejó ver entre los manifestantes que se hacían fotos.
Un poco más allá, unos turistas hacían lo mismo. "Estaba viendo la CNN en el hotel y vi que había una manifestación en Madrid. Vine e hice una foto", explicó John, un joven de Liverpool que pasaba el fin de semana en la capital española.
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Los manifestantes vitorearon a la policía cuando los agentes se desplegaron en la plaza para separar a los manifestantes de los viandantes. "íNo estáis solos!", gritaban.
En cambio, León Hernández sí que se sentía solo. "Debería haber mucha más gente", consideró este jubilado, que lamentó que no hubieran salido más personas a la calle en este día crucial. La víspera, casi 10.000 personas se concentraron en Madrid en una manifestación parecida.