Roma
La llegada de inmigrantes a dos centros de acogida de Roma y del norte italiano suscitó violentas protestas de vecinos y militantes fascistas, que fueron elogiadas por la extrema derecha y criticadas por la Organización de las Naciones Unidas.
Roma volvió a ser escenario de graves incidentes por el rechazo de los vecinos de un barrio periférico a acoger inmigrantes en un centro próximo, unos hechos que recuerdan a cuando sesenta refugiados tuvieron que abandonar la zona de Tor Sapienza el pasado noviembre por los mismos motivos.
En esta ocasión, el centro de la discordia se ubica en el barrio de Casale San Nicola, en la periferia septentrional romana, y a él debían llegar una veintena de inmigrantes.
Ante su llegada, decenas de vecinos decidieron llevar a cabo una sentada frente al centro con el fin del evitar el acceso de los inmigrantes.
Permanecieron durante la mañana sentados en sillas, con camisetas en las que podían leerse frases contrarias a la llegada de más inmigrantes, banderas de Italia y paraguas y sombrillas con las que protegerse del intenso calor que reinó en la capital.
Pese a esta iniciativa, el delegado del Gobierno en Roma, Franco Gabrielli, aseguró en declaraciones recogidas por los medios que no daría marcha atrás en su decisión porque, de ser así, la política de acogida "estaría acabada".
A la protesta de los residentes de Casale San Nicola se sumó la de decenas de militantes de la organización de índole fascista "CasaPound" que se enfrentaron a los antidisturbios protagonizando momentos de tensión.
Los medios difundieron imágenes que muestran a los militantes fascistas protegidos con cascos y a rostro descubierto golpeando con palos y paraguas a los agentes policiales.
Cuatro policías resultaron heridos en los enfrentamientos, alguno de ellos por pedradas o el impacto de otros objetos como sillas.
Mientras tanto, el autobús con una veintena de inmigrantes a bordo permanecía bloqueado por la protesta, escoltado por los policías y siendo objeto del lanzamiento de botellas de cristal y de insultos por parte de los vecinos. Sin embargo, el autobús con los veinte inmigrantes a bordo logró acceder al recinto del centro de acogida.
Esta situación se ha repetido en el municipio véneto (norte) de Quinto de Treviso, cuyos vecinos se han manifestado durante los dos últimos días para exigir la marcha de 101 inmigrantes que residen en el centro de acogida de la localidad.
El líder del partido xenófobo Liga Norte (LN) , Matteo Salvini, que cuenta con un numeroso electorado en esta región septentrional, pidió que sean los delegados del Gobierno quienes acojan en sus casas a los inmigrantes.
Al contrario que en el caso de Roma, las protestas en Quinto de Treviso parecen haber surtido efecto y el alcalde de la localidad, Mauro dal Zilio, aseguró que la mayoría de los inmigrantes serán trasladados esta tarde a un antiguo cuartel próximo.
Las protestas en Casale San Nicola y en Quinto de Treviso han sido criticadas por organizaciones internacionales como Caritas o por la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) .