Estambul
El infatigable Recep Tayyip Erdogan no ahorra esfuerzos para triunfar el domingo en el escrutinio más importante de su vida, celebrando decenas de mítines a lo largo y ancho de Turquía , enardeciendo a las masas hasta perder la voz.
Nueve meses después de desbaratar un intento de golpe de Estado, el presidente turco, de 63 años, se lo juega todo en un referendo constitucional que podría permitirle reforzar considerablemente sus poderes y perpetuarse en la presidencia.
Para sus partidarios, la reforma es necesaria para garantizar la estabilidad en la cúpula del estado, pero sus detractores denuncian un texto redactado a medida para el actual presidente, acusado de una deriva cada vez más autoritaria.
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Con unos sondeos que presagian un resultado ajustado, Erdogan ha recorrido el país en las últimas semanas para garantizarse apoyos desde Diyarbakir hasta Izmir, sin olvidar Estambul, donde escribió las primeras páginas de su leyenda política.
Consecuencia de ese ritmo agotador de varios mítines diarios, el presidente turco debió anular a finales de marzo varios discurso en el este del país, por haberse quedado afónico.
En los encuentros con sus partidarios, Erdogan ha desplegado más que nunca sus cualidades de orador sin par, en disertaciones salpicadas de poesía nacionalista y extractos del Corán, midiendo los silencios para que sus palabras calen en los presentes.
"Erdogan es un imán, en el sentido de que es capaz de galvanizar a las masas, de hacerlas llorar, de hacerla temer", subraya Samim Akgonul, profesor en la universidad de Estrasburgo. "Su verbo impresiona".
Si generalmente Erdogan es descrito en Occidente como un sultán imposible de destronar, el exceso de esfuerzos desplegados en esta campaña muestra, según Aydin Aydintasbas de Consejo Europeo de Relaciones Internacionales, que sus cimientos no son tan firmes como se cree.
"Erdogan tiene que seguir ganando elecciones para permanecer en el poder y hace campaña permanente", explica la investigadora.
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Desde la llegada al poder en 2002 de su partido AKP, el mandatario se ha enfrentado a una decena de procesos electorales y los ha ganado todos.
El referendo del domingo llega tras el peor año de su carrera, por la cantidad de atentados que ha sufrido el país y la tentativa de golpe de Estado del pasado 15 de julio.
La imagen de Erdogan a través de la pantalla de un smartphone con el rostro lívido quedó en las cabezas de muchos. Al igual que su llegada triunfal al principal aeropuerto de Estambul en la madrugada del día 16, evidenciando la derrota de los golpistas.
El presidente, que domina la política turca desde hace 15 años, parece determinado a dejar una huella en la historia de su país, a semejanza del fundador de la república, Mustafa Kemal Atatürk.
"A un asno muerto, lo sobrevive su montura; a un hombre muerto lo sobrevive su obra", repite con frecuencia el jefe de Estado, multiplicando las referencias al sultán Mehmet II, que conquistó Constantinopla en 1453.
Sus gigantescos proyectos de infraestructuras han transformado el rostro visible de Turquía, especialmente en Estambul.
Nacido en Kasimpasa, barrio obrero de Estambul, Erdogan hace alarde con frecuencia de sus orígenes humildes. Educado en un liceo religioso, vendedor callejero, "Tayyip" acarició el sueño de convertirse en futbolista antes de lanzarse a la política en el movimiento islamista.
Elegido alcalde de Estambul en 1994, triunfó en 2002 cuando su AKP ganó las elecciones legislativas y se convirtió en primer ministro un año más tarde, una vez amnistiado de una pena de prisión impuesta por haber recitado en público un poema religioso.
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El "Reis" (jefe) sigue siendo para sus partidario el hombre del milagro económico y de reformas que liberaron a la mayoría religiosa y conservadora del país de la dominación de las élites laicas.
Su deriva autoritaria y represiva, especialmente hacia los sectores críticos turcos, los kurdos, podría atenuarse tras el referendo si consigue ganarlo, según algunos analistas, que creen que su espíritu pragmático también podría hacerle suavizar el tono con Europa.
De triunfar el 'sí', tras el cambio en la constitución Erdogan podrá permanecer en el poder hasta 2029.