Ankara. AFP. El ex primer ministro islamista conservador Recep Tayyip Erdogan prestó juramento ayer como presidente de Turquía, una nueva etapa después de pasar 11 años al frente del país gobernando, según la oposición, de forma “autocrática”.
Dos semanas después de su clara victoria en la primera vuelta de la presidencial, Erdogan, de 60 años, juró el cargo ante el Parlamento y sucederá a su correligionario Abdulá Gul, en un puesto desde el cual espera seguir dirigiendo los destinos de Turquía.
Para evitar cualquier obstáculo, el hombre fuerte de Turquía nombró primer ministro a uno de sus fieles en el partido en el poder, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) , el ministro de Relaciones Exteriores Ahmet Davutoglu.
Erdogan juró con solemnidad respetar “la Constitución, la supremacía del derecho, la democracia, los principios y las reformas de Atatürk y los principios de la República laica”.
Los defensores del régimen laico creado por Mustafá Kemal Atatürk, tras la caída del Imperio otomano, lo acusan de traicionar su legado, pero Erdogan afirma que la transformación de su país en una potencia regional hubiera sido aprobada por el padre de la Turquía moderna.
“Soy el primer presidente elegido por sufragio universal en la historia de nuestro país”, recordó Erdogan en su discurso.
Una docena de jefes de Estado y de Gobierno de países de Europa oriental, África, Asia central y Oriente Medio asistieron a la ceremonia de investidura, según la agencia Anatolia.
Los representantes del Partido Republicano del Pueblo (CHP, opositor) se negaron a escuchar a Erdogan y abandonaron ruidosamente el hemiciclo antes de su discurso, por considerar “inconstitucional” que se negara a abandonar su cargo de primer ministro inmediatamente después de haber ganado las elecciones presidenciales.
El líder del CHP, Kemal Kiliçdaroglu, había advertido que no participaría en la ceremonia.
“Considera estar por encima de las leyes y no respeta ninguna regla”, afirmó. “El presidente electo no tiene que tener ningún vínculo con los partidos (...) pero él ya dio a entender que no será neutro”, puntualizó el líder opositor.
Erdogan, el político más popular del país desde la época de Ataturk, no oculta su intención de querer seguir dirigiendo el país hasta 2023, fecha del centenario de la instauración de la república.
Así, el nuevo mandatario ya anunció su intención de reforzar las prerrogativas del presidente –hasta ahora muy protocolarias– mediante una reforma de la Constitución.
Por su parte, Davutoglu, considerado como una “marioneta” de Erdogan por la oposición, prometió ser leal al nuevo presidente. “No habrá ningún conflicto entre el presidente y su primer ministro”, aseguró Davutoglu, quien también calificó de “prioridad” la reforma de la Constitución que desea Erdogan.
Para poder realizar dicha reforma, el gobernante AKP tiene que obtener una amplia victoria en las elecciones legislativas de junio de 2015 que le otorgue una mayoría de dos tercios (367 bancas sobre 550). Actualmente tiene 313 escaños.