Berlín
Al menos 547 niños del famoso coro católico alemán de Ratisbona fueron víctimas de malos tratos, incluyendo violaciones, entre 1945 e inicios de la década de 1990, según un informe publicado este martes sobre uno de los peores escándalos de la Iglesia en Alemania.
Este escándalo también pone indirectamente en cuestión a Georg Ratzinger, hermano del papa emérito Benedicto XVI, y al cardenal Gerhard Ludwig Müller, ex jefe de la Congregación para la Doctrina de la Fe, que acaba de ser apartado por el papa Francisco. Estos dos dignatarios religiosos son criticados por no haber hecho lo suficiente para arrojar luz sobre este drama.
De esos 547 niños y jóvenes adolescentes del coro Regensburger Domspatzen (los gorriones de la catedral de Ratisbona), unos 500 sufrieron maltrato físico y 47 fueron víctimas de agresiones sexuales, incluyendo violaciones, indicó Ulrich Weber, el abogado a quien la Iglesia encargó arrojar luz sobre el caso.
El número total de víctimas podría ser mucho mayor, e incluso superar los 700 casos, consideró Weber en la presentación en Ratisbona (sur), del informe final sobre este escándalo que estalló en el 2010. En enero del 2016, solo mencionaba 231 víctimas en su informe intermedio
"Todos cometimos errores y hemos aprendido mucho", reaccionó en un comunicado el obispado de Ratisbona, quien desde entonces revisó y adaptó la pedagogía en el seno del coro.
Malos tratos y más. Los hechos se refieren a delitos y crímenes que van desde la privación de alimentación hasta la violación, pasando por golpes y agresiones sexuales. Algunas víctimas dijeron que habían sido violadas
La mayoría de los casos prescribieron, por lo que los 49 presuntos autores de actos de violencia identificados en el informe no serían juzgados.
Se conocen pocos detalles sobre los posibles responsables. Según el informe, la mayoría de los que cometieron las violaciones enseñaban o eran docentes del establecimiento, que aparte del coro incluía un jardín de infancia, un colegio y un instituto.
De acuerdo con el reporte, a la cabeza de "numerosos casos" estaría el director del jardín de infancia y su adjunto durante diferentes épocas.
Las víctimas describieron su paso por este coro milenario y mundialmente conocido como "una prisión, un infierno y un campo de concentración", "el peor momento de su vida, marcado por el miedo, la violencia y la angustia", declaró Weber.
"La principal motivación para la violencia en el coro era la voluntad de quebrar a los alumnos y despojarlos de su personalidad", señaló el documento, que denuncia "un sistema pérfido".
El abogado arremetió contra el obispo de Ratisbona en el momento de los hechos (2002-2012), el cardenal Gerhard Ludwig Müller, de 69 años, por haber realizado rápidamente una investigación interna en el 2010 y no haber alimentado suficientemente el diálogo con las víctimas.
El prelado alemán fue expulsado repentinamente a principios de julio por el papa Francisco de la dirección de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Müller mostró claros desacuerdos con el Papa. Paralelamente, la Congregación para la Doctrina de la Fe fue acusada este año de oponerse a la lucha contra los curas pederastas.
El obispo rechazó este martes las críticas contra él. Las "agresiones se cometieron décadas antes de que yo asumiera mi cargo", se defendió. "La mayoría de los autores (de estos abusos) ya habían muerto".
Tampoco se libró monseñor Georg Ratzinger, quien dirigió el coro entre 1964 y 1994.
Monseñor Georg Ratzinger, que actualmente tiene 93 años, aseguró que no tuvo conocimiento de abusos sexuales en el seno de esta institución, fundada en 975.
Según Weber, el hermano del Papa emérito habría "mirado para otro lado" e hizo reinar una "cultura del silencio" en el seno del coro .
De acuerdo con su informe, a las víctimas se las ignoró y algunos de los responsables de la violencia incluso fueron protegidos.
Este escándalo es uno de los tantos que ha sacudido en los últimos tiempos a la Iglesia católica. Tanto Benedicto XVI como su sucesor, Francisco, pidieron perdón por los casos de pederastia en el seno del clero.