Berlín, Alemania.
El expresidente del parlamento europeo, Martin Schulz, fue elegido este domingo por unanimidad líder del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) y candidato a enfrentarse a Angela Merkel por la jefatura del gobierno en las elecciones de septiembre.
Merkel parecía inamovible hasta hace pocos meses, pero está ahora bajo la amenaza de Schulz, al que los sondeos sitúan al mismo nivel que ella en intención de voto, con un poco más del 30%.
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En una sesión extraordinaria del SPD en Berlín, Schulz logró los 605 votos de los representantes del partido, algo inédito en la formación centroizquierdista alemana. El récord histórico lo había obtenido en 1948 Kurt Schumacher, con un 99,71% de votos del congreso.
"Ahora empieza el combate para transformarnos en el primer partido de Alemania y ganar la cancillería", la jefatura de gobierno, dijo Schulz, de 61 años.
El nuevo presidente del partido sucede en el cargo al actual vicecanciller y ministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, un político impopular que había renunciado a repetir mandato al frente del SPD a principios de año.
Antes de las elecciones legislativas del 24 setiembre, tres comicios regionales darán una idea del avance real de los socialdemócratas.
El primero tendrá lugar dentro de una semana en el pequeño estado federado de Sarre (oeste), donde el SPD amenaza al partido conservador de Merkel, la CDU, que gobierna ahí desde hace 18 años.
Frente a la Schulzmanía de las últimas semanas, la canciller se mantiene la calma.
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Este domingo Schulz recibió un importante aval del presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, que mantiene relaciones complicadas con Merkel pese a ser también de centroderecha.
Pese a las críticas por la llegada de más de un millón de refugiados a Alemania, la hipótesis de una derrota de Merkel parecía impensable hasta hace pocos meses. El SPD, socio minoritario en la coalición de los conservadores a nivel federal, se quedaba en torno al 20% de intención de votos.
Pero la decisión de Schulz de dejar el parlamento europeo, que presidió durante cinco años, y hacer campaña en lugar de Sigmar Gabriel, poco popular, ha cambiado la situación.
Considerado muy buen orador, Schulz no ha ocupado ningún cargo de importancia en Alemania. Ello le permite no endosar la política gubernamental, en la que su propio partido participa en el seno de la coalición, y presentarse como un hombre nuevo.
Su atípico recorrido y sus orígenes modestos, combinado con un discurso muy izquierdista, le confieren un aura popular que suaviza su perfil de Bruselas, una indudable ventaja en momentos en que el euroescepticismo gana adeptos en Europa.
"Mi intención de aplicar políticas que hagan un poco mejores las condiciones de vida de las personas que trabajan duro encuentra bastante apoyo", dijo Schulz, que quiere enmendar las reformas del mercado de trabajo llevadas a cabo por el excanciller del SPD, Gerhard Schröder, entre el 2003 y el 2005.
Esas reformas permitieron a Alemania reducir el desempleo a un nivel históricamente bajo, aunque ha creado una generación de trabajadores pobres y precarios.
La izquierda radical no excluye una eventual coalición con el SPD tras las elecciones. Los conservadores y la patronal, por su parte, hablan de populismo.
Ese giro a la izquierda le ha valido a Martin Schulz ser llamado por la prensa alemana el "Robin Hood del SPD".