Atenas. EFE La nueva propuesta griega, que se acerca más a la postura de los acreedores internacionales en sus exigencias, abre la vía a un posible acuerdo que los 19 jefes de Estado y de Gobierno de la eurozona esperan se produzca esta semana.
El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó que esa nueva propuesta presentada a los líderes de la eurozona durante la cumbre extraordinaria, el lunes, representa “un paso positivo hacia adelante”, según el análisis inicial de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, aunque ahora sigue el proceso de “ser afinada a nivel técnico”.
Por su parte, el presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, exteriorizó su convicción: “Alcanzaremos un acuerdo definitivo esta semana”.
Antes tendrá que pasar el filtro de los ministros de Economía y Finanzas de los 19 socios del euro en su reunión del miércoles, y el jueves, la de los líderes reunidos en Consejo Europeo.
El Gobierno griego defendió su nueva propuesta, que incluye medidas mucho más drásticas para la economía griega de lo planeado inicialmente, y no incluidas en el programa inicial del ejecutivo izquierdista.
Reformas sin austeridad. La nueva propuesta, que contempla ingresos por un total de 8.000 millones de euros entre este y el próximo año, “no afectará a los derechos laborales, no disuelve el tejido social y ofrece perspectivas, sin condenar al país a la dura austeridad”, según fuentes del Gobierno griego.
Uno de los pilares de la propuesta, señalaron las citadas fuentes, consiste en “resolver la cuestión de la deuda” con el fin de acabar con el “círculo vicioso de la incertidumbre”.
En concreto, el plan propone trasladar al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) los bonos que ahora están en manos del Banco Central Europeo, por un total de 27.000 millones de euros.
Con el traslado de estos fondos al MEDE, el Gobierno confía poder renegociar los plazos de devolución y reducir intereses.
En el plan presentado a las instituciones, el gobierno de Alexis Tsipras insiste en la necesidad de desarrollar un programa de inversiones, centrado sobre todo en el desarrollo de infraestructuras y nuevas tecnologías.
No obstante, la canciller alemana, Ángela Merkel, dijo que Grecia no debe devolver créditos en mucho tiempo, por lo que un alivio de la deuda “no es lo más urgente” y una reestructuración “no está en debate”.
Grecia se compromete a un superávit primario del 1% en el 2015, y del 2% en el 2016.
En la reforma del impuesto al valor agregado (IVA), el plan mantiene la idea inicial de tres tipos impositivos (6%, 13% y 23%), a diferencia de las dos tasas que pedían las instituciones, y si bien reduce en medio punto porcentual (al 6% del 6,5% actual) el gravamen sobre medicinas y libros, eleva sensiblemente la carga sobre los hoteles, que pasarán a pagar 13% en vez del 6,5% actual.
La reforma del IVA, así como la del sistema de pensiones, era uno de los puntos más espinosos de toda la negociación con los socios.
En el debate sobre pensiones, el gobierno de Tsipras aseguró que las prejubilaciones se irán eliminando gradualmente a partir del 2016 hasta su abolición total en el 2025.
Al mismo tiempo, la propuesta contempla elevar en tres puntos el impuesto de sociedades e introduce un gravamen del 12% a las empresas con beneficios que superen los 500.000 euros.
Entre las prioridades, se mantiene la lucha contra el contrabando de petróleo, la intensificación de los controles sobre las transferencias bancarias y la lucha contra la evasión fiscal.
Por otro lado, las citadas fuentes recalcaron que el Gobierno mantendrá sus planes de restaurar la negociación colectiva a finales de este año, de no introducir la posibilidad de proceder a despidos masivos como lo exigían los acreedores y de subir el salario mínimo interprofesional.