Atenas
La crisis de los migrantes ha generado fuertes tensiones entre Austria y Grecia, que se negó este viernes a recibir a la ministra austriaca del Interior, a la que acusa de "falsear la verdad".
Una fuente del ministerio griego de Exteriores confirmó, este viernes, que la visita de la ministra Johanna Mikl-Leitner fue denegada.
Austria acusa a Grecia de no proteger debidamente sus fronteras, mientras Atenas cree que Viena alienta las restricciones fronterizas en los Estados balcánicos, agravando así el bloqueo de migrantes en territorio heleno.
Al mismo tiempo, el gobierno alemán admitió el viernes ignorar dónde se sencuentran 130.000 migrantes registrados en 2015, ya que no se habían presentado a los centros de acogida donde fueron destinados.
"Las causas posibles (de estas ausencias) podrían ser un retorno al país de origen, un viaje a otro país o una inmersión en la ilegalidad", explicó el gobierno en respuesta a parlamentarios del partido de izquierda Die Linke.
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El jueves, Atenas había llamado a consultas a su embajadora en Viena, para protestar por su exclusión de una reunión celebrada el miércoles en la capital austriaca entre países de los Balcanes.
Austria acusa a menudo a Grecia, principal puerta de entrada en la Unión Europea (UE) para los migrantes sirios, iraquíes, afganos y eritreos, de no hacer todo lo necesario para proteger sus fronteras. Dichos migrantes intentan proseguir luego su camino hacia el centro y el norte de Europa.
En la reunión de ministros de la UE celebrada el jueves en Bruselas sobre el tema migratorio, la ministra Mikl-Leitner se preguntó si Grecia debe seguir formando parte de la zona Schengen de libre circulación.
"Si es verdad que no puede protegerse la frontera exterior de Grecia, ¿puede seguir considerándose como una frontera exterior de Schengen?", se preguntó la ministra austriaca.
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El ministro griego de Política Migratoria, Yannis Mouzalas, respondió airado que Mikl-Leitner estaba "falseando la verdad", y "arrastrando a Austria a actos cada vez más hostiles hacia Grecia y la UE".
"Nuestro país guarda sus fronteras, que también son las fronteras de Europa, de la mejor forma posible. Eso es un hecho confirmado por (la agencia europea) Frontex, la Comisión Europea y otras instituciones", dijo Mouzalas en un comunicado.
Desde hace una semana, Austria impuso una cuota diaria al número de demandas de asilo y de migrantes en tránsito por su territorio. Tras esto, Macedonia decidió cerrar el paso a los afganos en su frontera con Grecia y aumentar los controles a sirios e iraquíes.
En consecuencia, miles de refugiados se están viendo bloqueados en Grecia. Este viernes había 3.000 personas esperando a cruzar el puesto fronterizo greco-macedonio de Idomeni, y unos 25 autobuses repletos de migrantes estaban aparcados no muy lejos de ahí.
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Macedonia solamente ha permitido pasar la frontera a 150 personas desde el jueves, según informó la policía griega.
El gobierno de Atenas se siente cada vez más solo dentro de la UE. Desde principios de enero, 102.000 migrantes han entrado en el país, principalmente por las islas del Egeo oriental desde las cercanas costas turcas, según cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
"Grecia no aceptará convertirse en el Líbano de Europa", advirtió el ministro Mouzalas, en referencia a este país, donde los refugiados sirios ya representan el 25% de la población.
Además, el plan para repartir a los refugiados que llegan a Grecia entre todos los países de la UE tarda en ponerse en marcha y hasta ahora sólo 600 han sido relocalizados de los 160.000 previstos en los próximos dos años.