París. AFP. El presidente francés François Hollande invitó ayer a Leonarda Dibrani, la estudiante gitana expulsada a Kosovo , a regresar al país “ella sola”, aunque la interesada ha respondido de inmediato que no dejará a su familia.
Si la muchacha “lo solicita, teniendo en cuenta las circunstancias, y quiere seguir sus estudios en Francia, será recibida”, declaró Hollande ante la televisión en el palacio del Elíseo, en su primera alocución sobre la polémica .
El gobernante socialista especificó que la oferta se dirige a “ella sola”, por lo que su familia no podrá volver a Francia.
El mandatario salió así de su silencio, en un intento por zanjar una controversia que alimenta las divergencias dentro del gobierno y la izquierda en torno a la política migratoria del ministro del Interior, Manuel Valls.
Hollande argumentó actuar movido por una cuestión “humanitaria” y recalcó que “no se ha infringido ninguna ley” al expulsar a la niña de 15 años, a sus padres y a sus cinco hermanos.
El dirigente socialista dijo esto apoyándose en un informe que le entregó el sábado Valls, quien ante el cariz que ha tomado la polémica, se vio obligado a acortar un viaje a las Antillas y regresar a París el viernes por la noche.
Con la familia. Desde Mitrovica, donde se encuentra actualmente con los suyos, Leonarda Dibrani siguió en directo el discurso del presidente y declaró de inmediato a la AFP que no va a volver a Francia sin su familia.
“No iré sola a Francia, no abandonaré a mi familia. No soy la única que tiene que ir al colegio, también están mis hermanos y mis hermanas”, declaró Leonarda, nacida en Italia, al igual que cuatro de sus hermanos y hermanas.
La más pequeña, de 17 meses, nació en Francia y solo el padre, Resat, de 47 años, nació en Kosovo.
La familia fue expulsada a la exprovincia serbia porque el padre, según reconoció el viernes, mintió al llegar a Francia en el 2008, cuando dijo a las autoridades que todos eran kosovares para así tener “más oportunidades de obtener asilo”.
Según testimonios recogidos en Italia, Resat Dibrani abandonó ese país ante la amenaza de que le retiraran la custodia de sus hijos.