Londres. EFE El Sínodo General de la iglesia anglicana respaldó ayer una legislación que podría derivar en el ordenamiento de la primera mujer obispa en la Iglesia de Inglaterra antes de que termine el año.
Reunido desde el lunes en Londres, el Sínodo general, formado por obispos, clérigos y laicos, acordó recortar de seis a tres meses el periodo en el que deberá consultar esa legislación con sus 44 diócesis.
La propuesta tuvo una acogida mayoritaria de 358 votos frente a 39 y 9 abstenciones, una decisión que allana el camino hacia la aprobación final de la controvertida legislación en julio y que podría entrar en vigencia antes de noviembre.
A finales del 2012, el Sínodo general rechazó la ordenación de obispas tras años de intensos debates entre el sector conservador y el reformista, lo que causó una fractura en la comunión anglicana.
Christina Rees, de la diócesis de St. Albans, dijo hoy que “tomar un periodo de seis meses no ayudará a los que se oponen en principio a que las mujeres sean obispas. Lo que hará es continuar permitiendo a la Iglesia y a este Sínodo que hagan el ridículo. Nuestra credibilidad se minará más”, señaló.
David Banting, de la diócesis de Chelmsford, criticó la aceleración de ese trámite por considerarlo “sin precedentes e irresponsable”.
Dividida. El Sínodo General se reúne en un edificio próximo al Parlamento británico para debatir asuntos como las inversiones éticas y la ordenación de mujeres obispas.
Ese último asunto ha causado una división tan profunda que algunos anglicanos han manifestado su intención de abandonar esta iglesia para unirse a la comunión católica.
Entre otros temas, el Sínodo analiza la importancia de apoyar las inversiones éticas después de que el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, criticara en el 2013 a entidades financieras que prestan dinero a muy corto plazo e intereses muy altos. Esto lleva a veces al mayor endeudamiento de las personas, que acuden a estos préstamos por estar en situaciones financieras límite. Welby considera esto moralmente incorrecto.