Madrid. AFP. La infanta Cristina, hija del rey Juan Carlos, declara mañana como imputada por fraude fiscal ante un juez de Baleares, que con su convocación hizo temblar a la monarquía española.
En el despacho del juez José Castro, sentada frente al retrato de su padre Juan Carlos, colgado en la pared, la menor de las hijas del rey de España deberá explicar si pudo cooperar en los hechos que se imputan a su marido, Iñaki Urdangarin, antiguo medallista olímpico de balonmano, de 46 años, sospechoso de haber desviado fondos públicos .
El magistrado, tras meses de trabajo, emitió el 7 de enero un auto de 227 páginas, en el que convocó a Cristina a declarar.
Su imputación cayó como una bomba: muy protegida durante mucho tiempo, ahora cercada por los escándalos, la monarquía española está descubriendo que ya no es intocable.
A sus 76 años, luego de 38 de reinado, Juan Carlos ofrece la imagen de un rey cansado, a menudo apoyado en unas muletas tras varias operaciones de cadera.
El notable deterioro de su imagen se inició hace dos años con el “caso Urdangarin” y se agravó con una costosa escapada real a Botsuana para cazar elefantes en el 2012, que sorprendió en una España golpeada por la crisis.
Las disculpas presentadas entonces al país y el alejamiento de Cristina y su esposo de actividades oficiales de la familia real, han conseguido encauzar el problema y ya no es tabú hablar de una eventual abdicación en favor del príncipe Felipe, que encarna, a sus 46 años, la esperanza de la monarquía.
A lo largo de los meses, la investigación ha ido cerrando el círculo en torno a Cristina, mientras la Casa Real, empantanada en el escándalo, admite querer acabar cuanto antes con lo que su jefe, Rafael Spottorno, calificaba públicamente como un “martirio”.
El caso Noós, la empresa que presidía Urdangarin, “ha sido un problema enorme para la monarquía desde el principio. Lo que ocurre es que al centrarse en la figura de la infanta, el daño se incrementa”, por ser la primera vez que un miembro de la familia real “tiene que dar cuentas ante la Justicia”, puntualizó Ana Romero, quien es corresponsal del diario El Mundo en la Casa Real.