El anuncio de la organización separatista ETA (Patria Vasca y Libertad) de entregar las armas, que siguió a su decisión de renunciar a la lucha armada, cierra un capítulo en la historia de organizaciones políticas radicalizadas que abrazaron el terrorismo y diversas otras formas de violencia en Europa Occidental en los años 1960 y 1970.
Aparte de su medio de combate, tienen otro denominador común: no consigueron su objetivo y terminaron vencidas, ya fuese por la acción del Estado o, en última instancia, por la vía de la negociación política.
He aquí un recuento de esos grupos y su paso a la historia por la puerta de atrás.
Baader-Meinhof o Fracción del Ejército Rojo (RAF)
Agrupación de ultraizquierda, fundada en 1970 en la entonces Alemania Occidental, apadrinada por la vecina Alemania Oriental.
Hizo de las bombas, secuestros, asesinatos, robos de bancos y ataques a la Policía (con lo cual se consideraba en guerra) sus formas de lucha, de las cuales no escaparon tampoco los políticos y los hombres de negocios.
Los fundadores de la agrupación vieron en la liberación de la mujer, el racismo y el imperialismo las razones para forjar su movimiento, que también asumieron como una expresión de descontento por los nombramientos de exnazis en puestos de la administración local, sobre todo durante el gobierno del primer canciiller en la Alemania de posguerra, Konrad Adenauer.
La formación de una gran coalición entre los socialdemíocratas y los socialcristianos, en 1966, y el nombramiento del exsimpatizante nazi Hans Globke, en calidad de director de la Cancillería, horrorizaron a sectores que consideran ineficaz y fracasada la política de desnazificación tras la Segunda Guerra Mundial.
Hubo varios factores que influyeron en el surgimiento de la RAF: los movimientos contraculturales en boga en Europa y Estados Unidos; los escritos del líder histórico chino Mao Zedong y el pensamiento de filósofos asociados con la Escuela de Fráncfort y de filósofos marxistas.
La presión de la Policía y de la Justicia fue neutralizando, poco a poco, a la RAF, que terminó disolviéndose en 1998, luego de la caída del Muro de Berlín que significó el fin de la vida en clandestinidad tolerada por las autoridades del régimen comunista.
Sus ataques costaron la vida a 34 personas, entre civiles, polícías y militares.
En su comunicado en el cual anunciaron el fin de su lucha armada, la RAF no pidió perdón ni abjuró de su acción político-militar, y se declaró fiel a la revolución por siempre.
Brigadas Rojas
Las Brigadas Rojas nacen a la vida política en Italia en 1969 como una organización de izquierda que opta por la vía armada, desencantada por la línea reformista del Partido Comunista Italiano (PCI). Esta posición es coincidente con la de otros movimientos en Europa que condenan el capitalismo encabezado por Estados Unidos, pero que se distancian de los partidos comunistas prosoviéticos de Europa Occidental.
La génesis de las Brigadas Rojas está en las protestas estudiantiles de 1968 que encabezan los estudiantes de la Universidad de Trento. Es a finales de 1969 cuando se concreta el objetivo de pasar a la lucha armada
Su objetivo primordial era combatir al "Estado imperialista" dominado por las multinacionales de Italia era uno dellos. De allí que también pretendía forzar el retiro del país de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La aparición de ese grupo también se vio favorecido por la connivencia de sectores del Estado con el terrorismo de grupo neofascistas, como Propaganda Due (P2), de Licio Gelli.
Los neofacistas, así como los sectores empresariales, los políticos y los jueces se convirtieron en blancos de la acción de las Brigadas Rojas. Sin duda, el golpe más notorio fue el secuestro y asesinato del ex primer ministro y dirigente democristiano Aldo Moro, en 1978.
Los golpes brigadistas dieron pie a una serie de contraofensivas de las autoridades, en muchos casos beneficiadas por delaciones hechas por detenidos arrepentidos.
La combinación del combate policial y judicial fue diezmando a las Brigadas Rojas y remataron con el desmantelamiento de la organización en 1988.
Irish Republican Army (IRA)
Poner término a la presencia británica en Irlanda del Norte e integrar esta en la República de Irlanda fue el objetivo que persiguió el Ejército Republicano Irlandés (IRA), fundado en 1969 como brazo armado clandestino del Sinn Féin, partido político.
Sin embargo, es después del Domingo Sangriento, en enero de 1972, cuando 14 personas murieron a manos de los militares británicos, que el IRA se convierte en una organización que recurre al terrorismo para enfrentarse a Londres.
Secuestros, asesinatos, atentados con bombas, extorsiones y robos son parte de los medios a los cuales recurrió. Entre sus víctimas se contaban altos funcionarios del Gobierno del Reino Unido, civiles, policías y militares.
En reacción, surgieron grupos armados ilegales vinculados a la mayoría protestante en Irlanda del Norte.
El restablecimiento del autogobierno, en 1998, puso fin a la guerra civil entre católicos y protestantes en la provincia británica, y el principio del fin del IRA.
En 1997 esta organización había declarado un alto el fuego que propició la firma del Acuerdo del Viernes Santo -el 10 de abril de 1998-, que abrió el camino a la paz y al cogobierno por parte de las dos comunidades cristinas.
Este proceso, empero, no fue fácil y las reticencias del IRA a ejecutar su desarme llevó varias veces a Londres a suspender la autonomía. A su vez, el grupo se vio sacudido por varias escisiones y aún hoy existen sectores que rechazan aquel pacto.
La puntilla para el IRA ocurrió el 28 de julio del 2005 cuando anunció su renuncia a la lucha armada y al terrorismo, y la acogida de la vía democrática para lograr su objetivo.
Euskadi Ta Askatsxuna (ETA)
ETA (Patria Vasca y Libertad en euskera) se suma a las agrupaciones político-terroristas que fracasaron en conseguir sus fines por medio de la lucha armada.
Fundada en 1959 en Bilbao por jóvenes radicalizados desilusionados por el papel desempeñado por el Partido Nacionalista Vasco (PNV), la organización tiene como norte la independencia de los territorios de Álava, Vizcaya, Guipúzcoa y Navara (en España), y Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa (en Francia).
Además, ETA incluía entre sus objetivos la defensa del euskera y el antiespañolismo como afianzamiento de la identidad regional.
Los secuestros, los atentados contra instalaciones militares y policiales, los asesinatos de civiles (entre ellos políticos vascos y empresarios) y el cobro de "impuestos revolucionarios" figuran entre los métodos de lucha adoptados.
ETA nació cuando España era gobernada por la dictadura de Francisco Franco y el País Vasco, como otras regiones, estaba bajo la égida del centralismo de Madrid. El euskera estaba prohibido, las manifestaciones culturales suprimidas y los intelectuales eran perseguidos, e inclusive encarcelados y torturados, por sus criterios.
No obstante que Euskadi consiguió una amplia autonomía con el regreso de Estapaña a la democracia, en la segunda mitad de los años 70, el grupo mantuvo su campaña militar y terrorista, y continuó demandando la emancipación de aquellos territorios.
La lucha concertada entre España y Francia contra ETA llevó a la detención de muchos de los líderes etarras, en tanto que los partidos afines a la agrupación fueron prohibidos.
Frente a las demandas de ETA, Madrid se ha mantenido siempre inclaudicable en su posición de no negociar nada hasta que el grupo terrorista no se haya desarmado y disuelto.
Esta condición está a punto de cumplirse a plenitud después de que ETA anunció el 8 de abril la entrega de armas, municiones y explosivos, y transmitió información a las autoridades de Francia que, en efecto, hallaron buzones con ese material.