Madrid
El gobernante Partido Popular fue el partido más votado en las elecciones generales del domingo en España, una victoria menor de lo que se esperaba y que no le garantiza la permanencia en el gobierno en un escenario sin precedentes en la historia reciente española, según el recuento parcial con el 97,95% de los votos escrutados.
La irrupción de dos nuevos partidos, el izquierdista radical Podemos y el más afín al sector empresarial Ciudadanos, terminó con décadas de bipartidismo en España y dio comienzo a lo que podrían ser semanas de negociaciones entre diferentes partidos para formar un gobierno.
El recuento parcial anunciado por el gobierno asignaba al PP 122 escaños en el Parlamento de 350 plazas, lo que no le daría la mayoría absoluta (la mitad de parlamentarios más uno) ni siquiera en una alianza con el recién llegado Ciudadanos, según el recuento parcial publicado por el gobierno.
El segundo partido más votado sería el socialista PSOE, con 91 escaños, mientras que Podemos y Ciudadanos entrarían en Parlamento convirtiéndose en la tercera y cuarta fuerza política del país, que recibirían 42 y 40 diputados, aunque los grupos aliados de Podemos podrían aumentar su influencia en el Parlamento hasta 69 parlamentarios.
Los datos abren la puerta a una posible alianza a tres bandas entre los socialistas PSOE, Podemos y Ciudadanos para arrebatar el gobierno a Mariano Rajoy, actual presidente y candidato a la reelección por el PP.
"Alcanzar un acuerdo entre los socialistas, Ciudadanos y Podemos no va a ser sencillo, están divididos en temas clave, principalmente la independencia de Cataluña", explicó Federico Santi, analista de Eurasia Group. "Pero si la alternativa es dejar al país sin gobierno, habrá presión sobre los partidos".
Otra alternativa sería una gran coalición de los partidos tradicionales, PP y PSOE, como se ha establecido en otros países europeos como Alemania.
"La alternativa es un gobierno de la izquierda que por lo menos tiene que tener cinco partidos", señaló Ramón Cotarelo, catedrático de ciencias políticas en la UNED. "La gran coalición solamente será el último recurso, pero me parece que no hay más que el último recurso porque veo muy difícil un pentapartido".
"Con estos datos, el país es ingobernable", añadió Cotarelo.
Tras las elecciones, el sistema parlamentario español contempla una serie de reuniones del jefe de Estado, el rey Felipe VI, con los grupos con representación parlamentaria. Tras esos encuentros, el monarca propone a uno de los líderes de partido para formar gobierno.
Ese candidato debe pasar una votación de investidura en el Parlamento, que requiere mayoría absoluta en la primera sesión. De no conseguirlo, tiene una segunda oportunidad dos días más tarde en la que sólo necesitaría mayoría simple para convertirse en presidente del Gobierno.
Si Ciudadanos decide aliarse con el Partido Popular, necesitarían encontrar apoyos para completar la mayoría absoluta si quieren ganar la votación de investidura en su primera ronda.
Pero la oposición rotunda del gobierno de Rajoy al movimiento secesionista en Cataluña, uno de los temas claves de campaña, hace que el Partido Popular pueda tener problemas para conseguir el apoyo de alguna de las formaciones nacionalistas con representación en la cámara, señaló el politólogo de IE University Jorge Piquer.
"Obviamente, la cuestión catalana es clave, así que es muy, muy raro que podamos ver a un partido nacionalista apoyando al PP o absteniéndose".
Los partidos nacionalistas aumentaron su presencia en el Parlamento nacional y podrían convertirse en la clave para una alianza con socialistas, Podemos y sus aliados.
"Con estos sondeos, hoy no vamos a saber quién va a ser el próximo presidente del gobierno, pero la próxima semana tampoco lo vamos a tener nada claro", señaló Piquer.
Las cifras parciales confirmaban la transformación de la escena política española, que pasaría a tener cuatro grandes formaciones después de tres décadas de gobiernos del PP y PSOE que sólo requirieron el apoyo ocasional de partidos regionales mucho menores.
"España ha votado un cambio de sistema", afirmó el líder de Podemos, Pablo Iglesias, en declaraciones a la prensa. "Se acabó el sistema de turno en España".
Iglesias enumeró una serie de reformas "imprescindibles e inaplazables" en materia de educación, sanidad o legislación electoral, y a continuación hizo unas breves declaraciones en inglés, algo muy poco común en un país donde se suele criticar a los líderes políticos por su falta de soltura con las lenguas extranjeras.
Un total de 36,5 millones de votantes registrados en España elegían a representantes para la cámara baja del Congreso, de 350 escaños, y el Senado, que tiene menos poder legislativo.