Baghuz. Varios yihadistas del Estado Islámico (EI) que se escondieron en túneles durante la caída de su “califato” en Baghuz , al este de Siria, se rindieron este domingo a las fuerzas kurdo-árabes, informó esta milicia.
Paralelamente, las autoridades kurdas advirtieron a la comunidad internacional que los “miles” de yihadistas extranjeros y sus familias retenidas en Siria representan “un peligro”.
Al pie de una colina junto al último reducto yihadista del EI en el este de Siria, un equipo de la AFP puedo ver a decenas de hombres avanzando en fila india bajo la lluvia para subir a varios camiones.
“Son combatientes de EI que salieron de los túneles y se rindieron hoy” domingo, dijo a la AFP Jiager Amed, portavoz de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Esta milicia kurda es la espina dorsal de las Fuerzas Demócraticas Sirias (FDS), las fuerzas kurdo-árabes que lucharon contra el EI con la ayuda de una coalición internacional.
En la fila había principalmente hombres, algunos con largas barbas y otros cubiertos con gruesas “abayas” (abrigos tradicionales). Algunos llevaban en la cabeza una kufiyya roja y blanca, vieron a distancia los periodistas de AFP.
Sin embargo, Las FDS impidieron acercarse a estos hombres.
“No se conoce su número. Puede que haya otros escondidos en los túneles”, añadió Amed.
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Este domingo se veía en el cielo humo negro de “almacenes de municiones (del EI) que se están quemando”, según un portavoz de las YPG.
El terreno que defendieron los yihadistas, a orillas del río Éufrates, todavía está lleno de bombonas de gas y bidones de agua.
Algunas tiendas donde vivían los combatientes del EI a penas permiten que un adulto esté dentro de rodillas.
Las FDS anunciaron el sábado la victoria contra los yihadistas en Baghuz que pone fin al califato proclamado por el EI en 2014 y que llegó a ocupar amplios territorios en Siria e Irak.
Esta victoria marca la caída territorial del “califato” autoproclamado en 2014 por la organización yihadista más temida en el mundo en grandes extensiones territoriales entre Siria e Irak. El EI había sido derrotado en diciembre de 2017 en Irak.
En el transcurso de los seis meses de ofensiva, más de 630 civiles murieron, según cifras del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH). También murieron unos 1.600 yihadistas y 750 combatientes de las FDS.
Miles de yihadistas y sus familias que se refugiaron en Baghuz y sus alrededores a medida que el EI iba sumando revés tras revés en los últimos años, también se rindieron ante las FDS.
Según las últimas cifras proporcionadas por la FDS, más de 66.000 personas abandonaron esta área del este de Siria desde principios de enero, incluyendo 5.000 yihadistas y 24.000 miembros de sus familias.
Temores tras la victoria
Los combatientes fueron detenidos y encarcelados por los kurdos, que establecieron una administración semi autónoma en el noreste de Siria mientras que los no combatientes, especialmente las mujeres y niños, fueron retenidos en su mayoría en el campo de desplazados de Al Hol.
Muchos de ellos no ocultan su simpatía por la ideología extremista del EI, a pesar de las campañas de ejecuciones y atentados mortales reivindicados por la organización.
“Tenemos a miles de combatientes, niños y mujeres de 54 países, sin contar los sirios e iraquíes”, dijo el encargado de Relaciones Exteriores de la administración semiautónoma kurda, Abdel Karim Omar.
“Es necesario que haya una coordinación entre nosotros y la comunidad internacional para enfrentar este peligro”, advirtió.
En momentos que Washington prometió la retirada de la mayoría de los 2.000 soldados en Siria, después del fin del “califato” del EI, los kurdos –cuya administración no es reconocida por la comunidad internacional– temen una ofensiva de la vecina Turquía contra los territorios que controlan.
Ankara ha amenazado en varias oportunidades de intervenir contra las milicias kurdas que considera “terroristas”. Hasta ahora Estados Unidos prometió mantener “por algún tiempo” 400 soldados en la zona.
Los kurdos sirios han advertido sobre una eventual fuga de yihadistas encarcelados y el abandono a su suerte de los niños que han estado expuestos a la propaganda del EI.
En los campos de desplazados habría más de 3.500 hijos de yihadistas, originarios de más de 30 países, según la ONG Save The Children.
“Hay miles de niños educados según la ideología del EI. Si estos niños no son reeducados y reintegrados en sus sociedades de origen, podrían ser futuros terroristas”, alertó Omar.
Pero la repatriación de los yihadistas combatientes, e incluso de los niños, divide a los países en los cuyos ciudadanos se sumaron al EI en Irak o en Siria.
La batalla contra el EI ha sido uno de los principales frentes de la guerra con múltiples actores que ha devastado Siria desde hace 8 años, dejando más de 370.000 muertos.