La Valeta
El asesinato de la periodista Daphne Caruana Galizia, que reveló varios casos de corrupción, provocó un profundo deseo de unidad en Malta, un país marcado por viejas rencillas partidistas en el que se organizó una gran manifestación este domingo.
Fuertemente consternados por el atentado con coche bomba del lunes en el que falleció Caruana Galizia, los malteses fueron convocados este domingo a partir de las 4 p.m. (hora local) en las calles de La Valeta, la capital del archipiélago mediterráneo de 430.000 habitantes.
Los organizadores, miembros de la sociedad civil, pidieron que los manifestantes acudieran con una bandera maltesa y sin ningún signo de afiliación política, y prohibieron a los cargos electos que tomen la palabra.
Este domingo y de forma excepcional todos los periódicos malteses, incluyendo los de los partidos políticos, debían publicar la misma portada con el lema: "La pluma es más fuerte que el miedo".
Caruana Galizia, de 53 años, reveló algunos de los entresijos más sombríos de la política maltesa.
El Gobierno asegura que se hará todo lo posible para encontrar a los autores del homicidio y a sus comandatarios. El sábado, ofreció una recompensa de un millón de euros al que aporte informaciones que permitan identificar a los responsables del crimen.
Lea: Malta ofrece un millón de euros de recompensa para identificar asesinos de periodista
Mientras tanto, las flores, velas y mensajes se acumulan delante de un altar improvisado frente al palacio de Justicia de La Valeta.
"Ver cómo aumentaban las protestas nos hace darnos cuenta de la lucha que se ha llevado a cabo para proteger la democracia", explica Geraldine Spiteri, una abogada que ha acudido a rendir homenaje a la periodista asesinada.
"En Malta, la gente lo politiza todo", agrega, mencionando una "mentalidad tribal profundamente enraizada".
Para ella, es importante que los malteses acudan en masa a la manifestación "para mostrarle a los dirigentes, de ambos bandos, que están afectados".
Desde hace mucho tiempo, la vida política maltesa está polarizada entre los laboristas (centro-izquierda), en el poder desde 2013, y los nacionalistas (centro-derecha).
La lealtad al partido es a menudo familiar. Los militantes suelen incluso hacer campaña durante las comidas familiares para animar a la participación. Y con esos votos casi asegurados de sus familiares, la voluntad de marcar puntos frente al adversario pasa por encima de la preservación de las instituciones.
En ese contexto, el asesinato de Caruana Galizia atizó en gran medida las disputas partidistas.
El primer ministro, Joseph Muscat (laborista), a cuyo círculo cercano solía atacar la periodista, admitió esta semana que la reportera era su "mayor adversaria". Pero recordó que esta también había atacado recientemente al nuevo líder de la derecha, Adrian Delia, al que acusó de tener una cuenta libre de impuestos en Jersey.
"El Gobierno y la oposición no hacen más que pasarse la pelota", lamenta Carmelo Pace, de 74 años, que afirma apoyar al Partido nacionalista.
Lector asiduo de los artículos que Caruana Galizia publicaba en su blog, muy visitado, considera que los políticos que lamentan hoy su muerte solo derraman "lágrimas de cocodrilo".
Para Kurt Sansone, redactor jefe de la edición en línea del Malta Today, las viejas divisiones políticas deberían superarse: "la polarización es un obstáculo al necesario refuerzo de nuestras instituciones. Y esta situación no viene de ayer".
"Ahora, hay que esperar que la policía y la justicia tengan la última palabra de esta historia. El país necesita pasar página para ir hacia adelante", agrega.
"La gente debe manifestarse. Es importante", indica Marie, una estudiante de 22 años, delante del altar. "Hay algo que no funciona en Malta . Si la gente de nuestra edad no hace nada, mañana pasará lo mismo que hoy".