París
El centrista Emmanuel Macron y la ultraderechista Marine Le Pen se lanzaron este lunes de lleno en la campaña para la segunda vuelta de las presidenciales francesas, en una carrera en la que el exministro estrella de François Hollande parte con una amplia ventaja, según sondeos de intención de voto.
Macron, de 39 años, es el gran favorito para convertirse el 7 de mayo en el presidente más joven de Francia, después de haber encabezado la primera ronda el domingo con el 24% de los votos, delante de la líder del Frente Nacional (FN) que obtuvo el 21,30%, según resultados definitivos.
LEA: Emmanuel Macron y Marine Le Pen disputarán la Presidencia de Francia
Este desenlace evidencia un deseo de cambio con la eliminación de la carrera al palacio del Elíseo de los dos grandes partidos tradicionales: el Socialista y Los Republicanos, que se han alternado en el poder en el último medio siglo.
Revela también una profunda división entre dos Francias. Por una parte la de las grandes ciudades cosmopolitas que apostaron por el socioliberal Macron y por otro la de las zonas periféricas o rurales que votaron masivamente por Le Pen.
El presidente saliente, François Hollande, se unió el lunes a la larga lista de políticos de izquierda y de derecha que instaron a los franceses a votar por Macron para impedir la victoria de la candidata ultranacionalista.
"Es imposible quedarse callados frente al riesgo de la extrema derecha", declaró Hollande en un discurso retransmitido por televisión, en el que anunció que votará por Macron.
También los partidos políticos tradicionales, perdedores en la primera vuelta de las elecciones francesas, cerraron filas el lunes y exhortaron a los votantes a apoyar a Macron y rechazar a Le Pen en el balotaje.
Este es necesario por cuanto ninguno de los aspirantes presidenciales logró el 50% más uno de los votos en la primera ronda del domingo. Desde la instauración de la V Repúblcia, en 1958, ningún presidente francés ha sido elegido en la primera cita en las urnas.
LEA: Próximo presidente de Francia necesitará fuerza política en el Parlamento
La candidata de ultraderecha no es un vector de cambio, sostuvo el vocero de la formación ¡En Marche!, de Macron, Benjamín Griveaux.
"Lleva 30 años en el sistema político. Heredó el partido de su padre y tendremos Le Pen para los próximos 20 años, porque después de tener al padre, tenemos a la hija y seguramente tendremos a la sobrina", expresó. "Así que está en una mala posición para hablar de élites y pueblo".
Macron fue el más votado en las elecciones del domingo, con 24% de los sufragios. Le Pen obtuvo el 21,3%, Francois Fillon, de Los Republicanos, 20% y el izquierdista radical Jean-Luc Mélenchon, 19,6. El aspirante socialista, Benoit Hamon, solo logró 6,4%.
En una visita, el lunes, en el departamento norteño de Pas-de-Calais, su feudo electoral, Le Pen criticó al "viejo frente republicano" que "intenta reunirse detrás de Macron", en referencia a la estrategia de concentración de votos para impedir un triunfo de la extrema derecha.
Enfrentaremos la segunda vuelta "llenos de esperanza y dinamismo", declaró una combativa Le Pen, quien espera recuperar votos de los electores de Mélenchon, quien ha sido el único de los principales candidatos eliminados en no haber llamado a votar por el centrista.
Por su parte, Macron, quien se enfrenta por primera vez a un sufragio universal, emprendió el lunes un proceso de "negociaciones políticas" para conseguir una mayoría parlamentaria en las legislativas de junio, indispensable para poder gobernar y aplicar su programa.
Según dos sondeos publicados el domingo, Macron, quien hace tres años era prácticamente un desconocido, derrotaría holgadamente a Le Pen en la segunda ronda de los comicios, con una diferencia de al menos 20 puntos porcentuales.
Los dos candidatos en liza para el Elíseo se enfrentarán en un debate televisivo el 3 de mayo, una cita ineludible en Francia entre las dos vueltas.
La única excepción fue en el 2002, cuando el expresidente de derecha Jacques Chirac se negó a debatir con el líder histórico del FN, Jean-Marie Le Pen, el padre de Marine, quien provocó un terremoto político al calificarse por primera vez a la segunda vuelta de las presidenciales desde la creación de su partido en 1972.