Budapest, Hungría
Miles de refugiados exhaustos, sorprendidos y aliviados llegaron el sábado a Austria y Alemania al completar travesías épicas en bote, autobús, tren y a pie para huir de la guerra y la pobreza.
Antes del amanecer bajaron de una flota de autobuses húngaros en la frontera austríaca, donde fueron recibidos cálidamente por voluntarios que les ofrecían camas y té caliente. Unas horas después de recibir primeros auxilios, muchos continuaron viaje hacia Viena o a la ciudad de Munich, en el sur de Alemania.
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La agencia de la ONU para los refugiados ACNUR elogió a los dos países por recibir a los refugiados.
“Esto es liderazgo político basado en valores humanitarios”, dijo la ACNUR en un comunicado el sábado. El organismo también elogió a los grupos de la sociedad civil por recibir a la gente necesitada y comentó que “la notable respuesta pública” ha llevado a algunos gobiernos a modificar su política sobre la aceptación de migrantes.
Sin embargo, aclaró que “la concentración de refugiados y migrantes en un pequeño número de países dispuestos a recibirlos no es una solución sostenible”.
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No más autobuses. Hungría no enviará más autobuses para el traslado de migrantes a la frontera con Austria, declaró este sábado el jefe de la policía húngara, alegando que el transporte de miles de ellos durante la noche y por la mañana fue una "iniciativa única". Así consta en un cable de AFP.
"La puesta a disposición de autobuses hacia Austria fue una iniciativa única y no habrá más vehículos para transportar a los refugiados que se dirigen a pie" hacia Viena, dijo Karoly Papp en rueda de prensa, citado por la agencia oficial de prensa MTI.