Madrid. AFP y EFE. Miles de mujeres marcharon ayer por las calles de Madrid para protestar contra el proyecto de ley elaborado por el gobierno conservador de Mariano Rajoy para restringir el aborto.
Las manifestantes gritaron consignas como “¡Aborto libre!” o “Gallardón dimisión”, en referencia al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, artífice de la nueva ley. En algunas de las pancartas que enarbolaban podía leerse “Rosarios y parlementarios, fuera de mis ovarios” en relación a la supuesta presión de la Iglesia católica española en esta reforma.
Los obispos españoles calificaron de “avance positivo” el proyecto, aprobado por el consejo de ministros el 20 de diciembre, que modifica la ley del aborto aprobada en 2010 bajo el anterior gobierno socialista.
La actual legislación permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 14 semanas a todas las mujeres y hasta las 22 semanas en caso de malformación del feto.
La reforma anula dichos plazos y recoge solo dos supuestos en los que el aborto será legal en España: violación o “grave peligro” para la salud física o psíquica de la madre.
El nuevo texto, que fue denunciado como un retroceso por las feministas y la oposición de izquierda, no contempla, a diferencia de la primera ley del aborto de la democracia española, aprobada en 1985, la interrupción del embarazo en caso de malformación del feto.
“La ley quiere hacernos volver a hace 40 años”, afirmaba una manifestante, Concha Merín, de 42 años, que viajó desde la región de Extremadura, en el oeste del país, para participar en la protesta.
“Tengo dos hijas, a ellas les puede afectar. Estoy pensando en las libertades en general de todas las mujeres”, agregaba.
Las manifestantes, principalmente mujeres de todas las edades, acompañadas por representantes de pequeños partidos políticos, marcharon frente al ministerio de Justicia.
El proyecto de ley presentado por Ruiz-Gallardón causó división en el seno del gobernante Partido Popular y todavía no fue debatido en el Parlamento, dominado por la formación de Rajoy pero donde se pidió una votación secreta.
Este retraso fue criticado por los activistas antiaborto y por la jerarquía eclesiástica.
Al término de la manifestación, se leyó un manifiesto a favor del aborto libre en el que se pide, entre otros asuntos, la retirada del anteproyecto de ley y que se reconozca el derecho a decidir sobre el propio cuerpo de la mujer “sin exclusión”. La manifestación de Madrid tuvo réplica en más de una decena de ciudades, como Barcelona, Bilbao, Cádiz y Santander, así como en capitales como Londres y Dublín.