El papa Francisco nombró este sábado al francés Jean Louis Tauran como camarlengo. Se trata del cardenal que se ocupa del gobierno provisional de la Iglesia católica cuando muere o renuncia el pontífice, informó la oficina de prensa vaticana.
A sus 71 años, sucede en el cargo al cardenal italiano Tarcisio Bertone, ex secretario de Estado que era el camarlengo desde el 2007 y que a comienzos de mes alcanzó el límite de edad, fijado en 80 años, y se retiró.
Fungiendo como cardenal protodiácono, Jean Louis Tauran, aquejado de la enfermedad de Parkinson, fue quien anunció al mundo, el 13 de marzo de 2013 en el balcón de la Plaza de San Pedro del Vaticano, el nombramiento del papa Francisco, con la célebre fórmula "Habemus papam".
Previamente, este diplomático políglota y apasionado de Bach fue en 1990, con 47 años, el prelado más joven en tomar la dirección de la diplomacia vaticana en la historia reciente de la Iglesia católica. Se mantuvo en el cargo durante 13 años.
Tauran pasó varios años en Líbano como cooperante primero y como diplomático del Vaticano. Está muy implicado en las relaciones con el islam, al frente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
El cardenal se expresa regularmente, a veces con términos muy enérgicos, contra el terrorismo islamista, y también contra la ignorancia que según él alimenta en Occidente el miedo al islam.
Jean Louis Tauran fue secretario de Estado para las Relaciones con los Estados (ministro de Exteriores) durante el pontificado de Juan Pablo II; de 2003 a 2007 fue archivista y bibliotecario de la Iglesia Romana y desde 2007 es el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso.
Cuando fallece un papa o renuncia, el gobierno provisional de la Iglesia católica pasa a manos del cardenal camarlengo, que debe administrarlos bienes de la Santa Sede, ayudado por tres purpurados asistentes.
También es quien se encarga de confirmar -una vez informado por el prefecto de la Casa Pontificia de la muerte del papa-, de firmar el acta del deceso de un pontífice. Sella el apartamento del pontífice difunto y toma posesión del Palacio Apostólico Vaticano y de los palacios Lateranense y de Castel Gandolfo.
Cuando el papa muere o renuncia cesan de sus cargos todos los jefes de los consejos pontificios e incluso el secretario de Estado. Sólo permanecen el camarlengo, el penitenciario mayor y el vicario para Roma.