Kiev. AFP. El presidente ucraniano, el prooccidental Petro Poroshenko, desveló ayer su plan de paz para terminar con la insurrección separatista prorrusa en el este del país, el cual incluye el desarme y una descentralización del poder.
La publicación del plan, de 14 puntos, se efectuó luego de dos llamadas telefónicas en 72 horas entre Poroshenko y el presidente ruso, Vladimir Putin, que evidencia la persistente influencia del Kremlin sobre su vecino.
Poroshenko también se reunió con líderes políticos locales y empresarios del este del país para consensuar la forma de poner fin a los combates, en los que han muerto desde abril más de 365 civiles y combatientes de ambas partes.
Un portavoz ucraniano dijo el viernes que los últimos enfrentamientos mataron a siete soldados y dejaron 30 heridos.
Ponerle fin al conflicto. El plan de paz, presentado por Poroshenko ayer, exige el desarme inmediato de los rebeldes y promete una descentralización del poder a través de una reforma constitucional equilibrada y razonable.
El plan también propone la amnistía para los separatistas que no cometieron crímenes graves y prevé corredores para que los mercenarios rusos y ucranianos se vayan de la zona del conflicto.
Pero también reclama a los órganos de gobierno locales retomar sus actividades. Esta demanda la rechazan los líderes separatistas que proclamaron la independencia y ocuparon los edificios administrativos en una decena de ciudades del este, tras las protestas violentamente reprimidas que provocaron la caída del presidente prorruso Viktor Yanukovich en febrero.
El plan se llama oficialmente ‘Pasos hacia la resolución pacífica de la situación en las regiones ucranianas del este’ y pretende estar en vigor durante los 10 días siguientes a su publicación.
No menciona sin embargo ningún alto el fuego inmediato y temporal que Poroshenko prometió el miércoles decretar en cuestión de días. “El plan de paz se inicia con mi orden de alto al fuego unilateral”, dijo el mandatario, quien precisó que va de ayer hasta el 27 de junio.
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Posición de Moscú. Putin cedió a la presión occidental y se negó a reconocer la independencia proclamada por las regiones de Donetsk y Lugansk tras los controvertidos referendos celebrados el 11 de mayo.
Pero presionó para que Ucrania se convierta en un federación con líderes locales y con el derecho a elaborar sus propias leyes y a establecer relaciones independientes con naciones como Rusia.
El plan garantiza la protección del idioma ruso en las regiones del este y obliga al presidente a consultar a los líderes locales sobre quien debería ser nombrado gobernador.
Pero no concede a las regiones el derecho a elegir a sus propios líderes administrativos, otra demanda clave de Rusia.
Según el Kremlin, en la conversación entre Poroshenko y Putin el jueves por la noche, el mandatario ruso insistió en la necesidad de cesar de inmediato la operación militar lanzada en abril por Kiev contra las milicias separatistas prorrusas de Donetsk y Lungansk.
La oficina de Poroshenko dijo que el presidente ucraniano trasladó a Putin que cuenta con su apoyo para el plan de paz y así terminar con la crisis en la zona.
Rusia afirmó por otro lado que el despliegue de tropas junto a Ucrania, denunciado el jueves por la OTAN, busca reforzar la frontera y fue ordenado hace semanas.
“No se puede hablar de concentración de tropas, sino de medidas orientadas a reforzar la protección de las fronteras de Rusia, bajo la orden directa del presidente Vladimir Putin”, dijo un portavoz del Kremlin, puntualizando que dicha orden fue dada hace semanas.