Madrid AFP El jefe del gobierno conservador español, Mariano Rajoy, celebró el viernes el acuerdo de los principales partidos en defensa de la unidad de España ante las aspiraciones independentistas en Cataluña, aunque los antiliberales de Podemos se desmarcaron.
“Todos estamos de acuerdo, la mayoría (de los partidos), en lo fundamental”, afirmó Rajoy en rueda de prensa tras reunirse con el líder socialista, Pedro Sánchez, y los de los grupos emergentes, Albert Rivera, de Ciudadanos (centroderecha), y Pablo Iglesias, de Podemos.
“Todos estamos de acuerdo en la unidad de España, todos estamos de acuerdo en la soberanía nacional, todos estamos de acuerdo en que las leyes hay que cumplirlas, todos estamos de acuerdo en la igualdad de los españoles”, explicó.
“Haré todo lo posible, y lo imposible si cabe, para mantener y fortalecer ese entendimiento en lo sustancial”, añadió Rajoy después de encontrarse con quienes serán sus contrincantes en las elecciones legislativas del 20 de diciembre.
La ronda de contactos proseguirá la próxima semana con otras formaciones, excepto las independentistas. “Estamos ante un reto que compromete a todos los demócratas españoles”, dijo Rajoy.
Criticado por la oposición por su inmovilismo ante el creciente independentismo en Cataluña, Rajoy tomó la iniciativa para buscar una respuesta común a la intención de los partidos separatistas de declarar en los próximos días el comienzo de un proceso de secesión.
Los contactos empezaron el miércoles con el líder socialista y prosiguieron este viernes con Rivera e Iglesias.
“Hay un objetivo superior de todos, que es la defensa de España “, dijo su vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, llamando a los partidos a “hacer un pacto por España y nuestra Constitución”.
Ciudadanos reclama desde el jueves este “pacto de Estado”. La formación, nacida en Cataluña, se expande ahora con éxito al resto del país y lucha codo con codo con los socialistas para convertirse en segunda fuerza en las elecciones legislativas del 20 de diciembre.
Este pacto es “para que los españoles sepan que sea cual sea la mayoría parlamentaria, España no está en juego”, dijo Rivera después de la reunión.
El acuerdo debería basarse, en su opinión, en defender las leyes, la unidad territorial y la Constitución, que podría ser reformada pero no reemplazada.
Iglesias, el líder de Podemos, se desmarcó de lo dicho por Rajoy a pesar de mostrarse en contra de que una región “proclame repúblicas o independencias”. “A mí no me convencen los frentes antisecesión; estamos en momentos de tender la mano”, dijo.
Su formación reclama redactar una nueva Constitución que reconozca el derecho de autodeterminación en Cataluña y la defina como una nación.
“España es un país plurinacional, un país de países”, afirmó después de su primer encuentro con Rajoy desde la creación de Podemos, en el 2014.
El referendo era el reclamo del nacionalismo catalán, pero después del triunfo de grupos independentistas en elecciones regionales, apostaron por tirar adelante con la secesión.
El martes, las dos listas independentistas presentaron una resolución que quieren aprobar en los próximos días para constituir en 2017 una república catalana independiente.
La resolución asegura que el parlamento no estará supeditado a las decisiones de las instituciones españolas, especialmente del Tribunal Constitucional, e insta a poner en marcha una administración fiscal independiente.
Si se aprueba, el gobierno español la recurrirá inmediatamente ante el Tribunal Constitucional para invalidarla.
“No tengamos debates estériles y confiemos en las instituciones del Estado”, pidió Rajoy.
Pero difícilmente el tema desaparecerá del debate electoral, ante la diversidad de soluciones planteadas: los socialistas proponen una España federal, Ciudadanos apuesta por delimitar claramente las competencias regionales y Podemos un referendo vinculante.
Mientras, en Cataluña siguen las negociaciones entre las dos listas independentistas, la transversal coalición Juntos por el Sí y la izquierda anticapitalista CUP, para poner en marcha el gobierno regional que liderará el proceso secesionista.
Su fuerza, sin embargo, parece disminuir: según un sondeo del instituto Metroscopia, los independentistas pasaron del 45% en setiembre al 41%. Y un 51% de los catalanes se opone a la resolución propuesta por los separatistas.