Ciudad del Vaticano. AFP. Los obispos de todo el mundo reunidos en el Vaticano para debatir sobre los retos de la familia, abrieron este lunes las labores en las que emergen visiones diferentes de la Iglesia, dividida entre conservadores, progresistas, moderados, jóvenes y ancianos, con experiencias distintas.
“El Sínodo no es un parlamento donde hay que negociar o pactar”, advirtió el papa Francisco al inicio de la jornada.
Tras un año de debates sobre los cambios que vive el hombre contemporáneo, los casi 400 obispos, cardenales, expertos y auditores debatirán durante tres semanas “con franqueza” –como pidió el Papa– sobre los temas más espinosos, entre ellos, divorciados, homosexualidad y convivencia de parejas al margen del matrimonio. Son temas ya abordados a escala local en todos los continentes y sobre los cuales no hay acuerdo.
“Somos conscientes de la enorme diversidad entre Iglesias, regiones, edades y experiencias. Parece improbable ponerse de acuerdo”, reconoció el cardenal francés André Vingt-Trois, arzobispo de París, uno de los cuatro vicepresidentes del Sínodo.
En la sala del Sínodo, los miembros de la Curia Romana, el Gobierno Central de la Iglesia, los delegados de las conferencias episcopales y los invitados por el Pontífice, deberán “recoger los frutos” de un año de debates.
Opiniones múltiples. “Si vinieron a Roma con la esperanza de asistir a un cambio espectacular de la doctrina de la Iglesia, van a salir decepcionados”, adelantó con tono decidido en una rueda de prensa el cardenal Vingt-Trois.
El purpurado francés, conocido por sus posiciones conservadoras, considera que muchos de los temas más candentes , que calificó de “aire de nuestro tiempo”, no figuran como prioridad en la agenda del Sínodo.
La posición del cardenal de París choca con la de su homólogo italiano Bruno Forte, secretario general del Sínodo, quien recordó que la reunión debe contribuir a que la Iglesia encuentre el camino para afrontar los cambios que vive la sociedad moderna.
“No nos reunimos para nada. Es verdad que no se va a modificar la doctrina. Pero hay que encarar esas situaciones (difíciles). La Iglesia no es insensible a tales desafíos”, agregó.
Una pareja mexicana, la familia Galindo, fue la primera en ser escuchada por la asamblea, un testimonio directo, vivo, pedido por muchos asistentes.
El domingo, en la misa de apertura del Sínodo, Francisco quiso tranquilizar a los conservadores, al confirmar la doctrina católica sobre la indisolubilidad del matrimonio y reiterar que la familia católica está conformada por un hombre y una mujer.
La invitación del Papa de abordar temas como la homosexualidad y la propuesta de dar la comunión a divorciados que se vuelven a casar, generó fricciones .