Washington. Al menos 22 personas murieron y otras resultaron heridas la noche del miércoles en un tiroteo en la ciudad de Lewiston, Maine, dijo un funcionario local a la cadena CNN.
El concejal de la ciudad de Lewiston, Robert McCarthy, indicó que las autoridades “han confirmado 22 muertos, y muchos, muchos más heridos”.
“Hay un tirador en la ciudad de Lewiston”, dijo la Policía de Maine en Facebook.
El sospechoso “sigue en libertad”, informó la Policía del condado de Androscoggin, que difundió fotos en las que se ve a un hombre blanco armado con un rifle semiautomático.
La cadena CNN y The Wall Street Journal dijeron que los muertos serían 22. La ola de tiroteos se desató en un local de boliche. La cadena ABC News, también reportó disparos en un bar y en un centro de distribución de la cadena de tiendas Walmart.
Janet Mills, gobernadora de Maine, dijo que estaba “al tanto e informada sobre un tiroteo en Lewiston”.
El presidente estadounidense, Joe Biden, también fue puesto al tanto de los hechos, según la Casa Blanca.
Citando a varias fuentes policiales, CNN informó de que al menos 50 o 60 personas resultaron heridas en el incidente, pero no estaba claro cuántas de ellas lo estaban a causa de los disparos.
El congresista por Maine Jared Golden escribió en X (antes Twitter): “Como todos los ciudadanos de Maine, estoy horrorizado por los eventos de Lewison esta noche. Este es mi lugar de nacimiento”.
“Actualmente, todos esperamos que la policía local tome el control de la situación y recopile información. Estamos devastados por aquellos que resultaron afectados”, dijo.
Repleto de armas de fuego, Estados Unidos ha registrado más de 500 tiroteos masivos este año, según Gun Violence Archive, una organización no gubernamental que define un tiroteo masivo como aquel en que cuatro o más personas quedan heridas o mueren.
Los esfuerzos por endurecer el control de armas en ese país han chocado durante años con la oposición de los republicanos, defensores acérrimos del derecho constitucional a portar armas.
La parálisis política se mantiene pese a la indignación generalizada por los frecuentes tiroteos.