Moscú. Más de 60 personas murieron y unas cien resultaron heridas este viernes en un ataque, seguido de un incendio, en una sala de conciertos de un suburbio de Moscú, reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico.
“Se ha establecido provisionalmente que más de 60 personas murieron en el atentado terrorista. Desgraciadamente, el número de víctimas podría aumentar”, declaró el comité de investigación del caso, citado por agencias noticiosas rusas.
Unidades especiales de la Guardia Nacional rusa, Rosgvardia, operan en el sitio del ataque y están “buscando” a sus autores, añadieron, por su parte, las fuerzas de seguridad en la mensajería Telegram.
La cancillería rusa atribuyó a “un sangriento atentado terrorista” la tragedia, que se produjo en un auditorio de Krasnogorsk, un suburbio en el límite noroeste de la capital rusa. El grupo Estado Islámico, que ya atacó Rusia en varias ocasiones, reivindicó el asalto e informó en Telegram que sus combatientes “atacaron una gran concentración (...) en las afueras de la capital rusa”.
El alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin, anunció la anulación de “todos los eventos deportivos, culturales” y de carácter público durante el fin de semana.
Una periodista de esta agencia vio el edificio de la sala de conciertos en llamas y una humareda negra que se desprendía del techo.
Alexéi, un productor de música que se encontraba en los camerinos en el momento del asalto, contó a esta agencia que “justo antes del inicio” del ataque, escuchó “ráfagas de ametralladoras y el terrible grito de una mujer. Y luego muchos gritos”.
Según un reportero de la agencia rusa Ria Novosti, personas con uniformes de camuflaje irrumpieron en la sala y abrieron fuego antes de lanzar “una granada o una bomba incendiaria, provocando un incendio”. “Las personas que estaban en la sala se echaron al suelo para protegerse de los disparos durante 15 o 20 minutos” y muchos lograron “salir a rastras”, señaló.
Hombres armados
Los servicios de rescate informaron sobre un grupo de entre dos y cinco personas no identificadas, vestidas con uniformes de combate y armas automáticas, quienes abrieron fuego contra los agentes de seguridad en la entrada de la sala de conciertos, antes de comenzar a disparar contra el público.
Según el Ministerio ruso de Situaciones de Emergencia, los bomberos lograron evacuar a un centenar de personas que se encontraban en el sótano. También se están llevando a cabo operaciones para rescatar a personas que se encuentran en el techo del edificio. El asalto ocurrió antes de un concierto del grupo de rock ruso Piknik, cuyos miembros fueron evacuados, según la agencia TASS.
El presidente ruso, Vladimir Putin, está siendo informado del ataque en tiempo real, indicó su portavoz, Dmitri Peskov. Las cadenas de actualidad Baza y Mash, afines a las fuerzas de seguridad, publicaron en Telegram videos en los que se observa al menos a dos hombres armados avanzando por el vestíbulo del complejo.
En diferentes secuencias, se muestran cadáveres y grupos de personas que se dirigen hacia la salida. Otras imágenes muestran a espectadores escondiéndose detrás de las butacas o evacuando la sala. Estados Unidos transmitió sus condolencias a las víctimas del “terrible” tiroteo.
“Las imágenes son simplemente horribles y difíciles de ver”, declaró el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
La Unión Europea se manifestó “conmocionada y consternada” por la matanza e indicó que “condena todos los ataques contra civiles”, informó su portavoz, Peter Stano. Francia, Italia y España también condenaron la agresión.
Ucrania niega implicación
Ucrania, confrontada desde 2022 a una intervención militar rusa, aseguró que no tenía “absolutamente nada que ver” con el ataque.
La “Legión de la Libertad de Rusia”, un grupo de combatientes rusos antigubernamentales basado en Ucrania, negó también cualquier implicación. En los últimos días, ese grupo realizó incursiones armadas en regiones fronterizas rusas, que fueron también blanco de bombardeos.
Los servicios de inteligencia militar ucranianos acusaron por su parte al propio Kremlin y sus servicios especiales de estar detrás de la agresión. El “objetivo es justificar bombardeos aún más potentes contra Ucrania y una movilización total en Rusia”, aseguraron.
El expresidente ruso Dmitri Medvédev, número dos del Consejo de Seguridad, amenazó con “destruir” a los dirigentes ucranianos si se demuestra que están implicados en el letal ataque.
Hace dos semanas, la embajada de Estados Unidos en Rusia había advertido a sus ciudadanos de planes “inminentes” de “extremistas” para “atentar contra grandes concentraciones en Moscú, incluidos conciertos”. Rusia ya ha sido blanco de numerosos ataques, cometidos por grupos islamistas, y de tiroteos sin motivos políticos o atribuidos a desequilibrados.
En 2002, un grupo de combatientes chechenos tomó a 912 personas como rehenes en el teatro moscovita de Dubrovka para pedir el repliegue de las tropas rusas de Chechenia.
Esa toma de rehenes se saldó con una intervención de las fuerzas especiales y la muerte de 130 personas, casi todas asfixiadas por el gas usado por los militares.