Roma y Bruselas. AFP. Más de 300 personas podrían haber muerto ayer muy cerca de la isla italiana de Lampedusa, frente a las costas de Sicilia, en el naufragio de una embarcación colmada de africanos, tragedia que pone al descubierto el problema del flujo migratorio en las costas europeas y la falta de coordinación entre los Estados de la UE.
Alrededor de 93 cuerpos fueron recuperados pocas horas después del naufragio, mientras un equipo de buceadores halló otros 40 dentro del casco de la embarcación que naufragó y estaba recostada a 40 metros de profundidad, por lo cual el balance provisional era de más de 130 muertos, informó la Guardia Costera.
Según las autoridades, el barco zarpó de Libia con entre 450 y 500 inmigrantes, y solo unas 150 personas fueron rescatadas vivas, según el ministro de Interior y vice primer ministro, Angelino Alfano, lo cual hace temer un saldo que ronde los 300 muertos.
Las operaciones alrededor del barco hundido se interrumpieron anoche y se reanudarían a primeras horas de hoy.
“Todavía quedan muchos cadáveres. No podemos decir cuántos. Están todos apretados unos contra otros, solo se ven los primeros”, explicó a la televisión SkyTG24 uno de los socorristas, Giovanni de Gaetano, visiblemente impresionado.
“Queremos subir a la superficie el mayor número posible para devolverlos a sus familias, si es posible”, añadió un compañero.
Según la Organización Internacional para las Migraciones, 25.000 refugiados murieron en el Mediterráneo los últimos 20 años.
Presión migratoria. Varios Estados europeos, entre ellos Italia, hacen frente a una presión creciente del flujo de inmigrantes.
Este país, así como Grecia, Malta y Chipre, lamentan la falta de solidaridad de sus socios europeos.
Según las reglas actuales, corresponde al primer país al que llega un inmigrante administrar su pedido de asilo y su alojamiento. Este sistema, denunciado por los Estados del sur de la Unión Europea (UE) por su falta de solidaridad, no ha cambiado desde que fue instaurado en el 2003.
La legislación europea no prevé ningún mecanismo para repartir de manera automática la gestión de los pedidos de asilo, y los países del norte de la UE no están dispuestos a modificar las reglas.
De un país de la UE a otro, los demandantes de asilo se enfrentan importantes disparidades en lo que respecto el acceso a los cuidados médicos o una asistencia jurídica, gratuita o no. En junio, el Servicio Jesuita para los Refugiados denunció la “falta de humanidad” del sistema de asilo europeo.
En lo que respecta a la prevención de dramas como el de Lampedusa, la Comisión Europea elaboró el programa Eurosur, destinado a mejorar la coordinación entre los Estados miembros para vigilar mejor los barcos de inmigrantes, luchas contra las redes criminales que organizan la inmigración y auxiliar a los refugiados en peligro.
El sistema, que estará operacional a partir del 2 de diciembre, se basa en el intercambio de datos e informaciones. Se evalúa su costo en 244 millones de euros para el periodo 2014-2020. El Parlamento Europeo debe dar su aval a este texto la semana próxima.