Londres
La líder conservadora británica Theresa May y el laborista Jeremy Corbyn ofrecieron el miércoles sus últimos mítines de una campaña electoral marcada por dos atentados y no por el brexit, como se presumía.
En lo que se refiere al atentado del sábado en Londres, este miércoles se supo que los muertos fueron finalmente 8, y que uno de ellos es el español Ignacio Echeverría, que plantó cara a los atacantes con su patineta.
En una nueva muestra de la tensión que ha rodeado el tramo final de la campaña electoral, la policía efectuó este miércoles una explosión controlada cerca de la futura embajada estadounidense, un local actualmente vacío, en cuyas proximidades habían aparcados dos coches que parecían sospechosos.
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Se han previsto medidas de seguridad reforzadas para el día de los comicios en la capital, anunciaron las autoridades.
May, que fue ministra de Interior (2010-2016) antes que primera ministra y se encuentra bajo una lluvia de críticas por los recortes presupuestarios en los servicios de seguridad y las negligencias de estos, ha asegurado que fortalecerá la lucha antiterrorista y que nada la detendrá, ni siquiera los derechos humanos.
Tras enumerar sus propuestas –endurecer penas de prisión, restringir los movimientos de sospechosos, deportarlos si son extranjeros...–, sentenció: "y si las leyes de derechos humanos nos lo impiden, cambiaremos esas leyes".
El Reino Unido ha sufrido tres atentados en menos de tres meses, dos en campaña, con un total de 35 muertos: el 22 de marzo, cerca del Parlamento británico (5 muertos); el 22 de mayo, al término de un concierto de Ariana Grande en Mánchester (22 muertos) y el sábado por la noche en Londres (8 muertos).
"El número de personas muertas en el atentado es ahora de ocho", afirmó la Policía en un comunicado, tras el descubrimiento de un cadáver en el río, que se cree que corresponde a un francés, Xavier Thomas.
Además, la Policía detuvo este jueves a un hombre de 30 años en Ilford, un barrio del este de Londres, no lejos de Barking, donde vivían dos de los autores del atentado reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
La Policía y los servicios de inteligencia habían sido avisados de la peligrosidad de dos de los tres atacantes, despertando interrogantes.
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May anunció el 18 de abril el adelanto de las elecciones, previstas en 2020, cuando llevaba 20% de ventaja en los sondeos respecto al líder laborista Jeremy Corbyn, y lo hizo argumentando que quería fortalecer su posición antes de las negociaciones de divorcio con Bruselas ampliando su mayoría absoluta, que era de 17 diputados.
Lo que empezó como un plebiscito sobre Corbyn y su aptitud para enfrentarse a una Unión Europea con sed de venganza -según la descripción de May- acabó siéndolo sobre la capacidad de la primera ministra para mejorar la situación de los más humildes, proteger al país de atentados y, en definitiva, dirigirlo.
"Denme vuestro apoyo para liderar al Reino Unido, denme la autoridad de hablar en nombre del Reino Unido, fortalézcanme para luchar por el Reino Unido", pidió el martes May en Stoke-on-Trent, la ciudad con mayor apoyo al brexit en el referendo de junio de 2016.
Corbyn ha ido reduciendo la ventaja en los sondeos a sólo 1% -Survation, sondeo del martes-, un dato a tomar con precaución dada la persistencia de los sondeos británicos en equivocarse en las últimas citas electorales.
El líder laborista prometió, por su parte, acabar con la austeridad presupuestaria, contratar más policías y fortalecer los servicios públicos.
En su último día de campaña, Corbyn insistió en su mensaje social y recordó que "quedan 24 horas para salvar la sanidad pública".
"Los conservadores han pasado los últimos siete años minando nuestro NHS (Servicio Nacional de Sanidad)", dijo el martes.