Madrid. EFE. La República autónoma de Crimea, poblada por una mayoría rusohablante e históricamente vinculada a Rusia, ha cobrado protagonismo en las últimas horas con el recrudecimiento de las tensiones allí entre partidarios de Moscú y de Kiev.
La península de Crimea , situada en la costa norte del mar Negro, es formalmente la única república autónoma de Ucrania.
Con una superficie de unos 26.000 km² (como Haití), es mayoritariamente rusohablante.
Su importancia estratégica radica en que allí, en la ciudad de Sebastopol, está la principal base de la flota rusa en el mar Negro , además de existir una fuerte identidad rusófila.
Su historia está marcada por las numerosas invasiones que ha sufrido a lo largo de los siglos y, más recientemente, por sus estrechos vínculos con Rusia.
Con el nacimiento del Estado soviético, Crimea se convirtió en república autónoma dentro de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).
Permaneció bajo control alemán durante gran parte de la Segunda Guerra Mundial tras ser invadida en 1941, y solo al final fue reconquistada por Moscú.
El colaboracionismo con Alemania de los administradores tártaros de Crimea empujó a Nikita Kruschov a rebajar su estatus y convertirla, en 1954, en una región de la naciente República Socialista Soviética de Ucrania.
En aquellos años, la región cobró notoriedad internacional al convertirse la ciudad de Yalta en el escenario de la famosa conferencia de paz , celebrada en febrero de 1945 entre Winston Churchill, Joseph Stalin y Franklin D. Roosevelt.
La desintegración de la Unión Soviética, a principios de los años 90 del siglo XX, trajo consigo también la pugna por este territorio entre Moscú y Kiev.
Aunque en 1992 el Poder Legislativo ruso aprobó una resolución que anulaba la cesión de Crimea a Ucrania en 1954 , Kiev insistió en mantenerla bajo su control y tutela administrativa.