Gloriana Paz vive en Los Ángeles desde hace cinco años. Afirma que nunca sintió tanto miedo como al observar de cerca las llamas de los incendios forestales que consumen gran parte del condado, donde el fuego arrasó miles de hectáreas.
Ella reside a 16 kilómetros de uno de los cuatro focos detectados por las autoridades. Aunque su barrio no formó parte de las zonas donde 180.000 personas recibieron órdenes de evacuación, decidió abandonar su hogar junto a su esposo, su hija de 4 años y su bebé de 2 meses.
“Nosotros recibimos una alerta de que iba a haber fuertes vientos y eso ya ha pasado, nos preparamos y recogimos el toldo y la decoración navideña pero después de eso se fue la luz y empezó el incendio. Nosotros evacuamos voluntariamente por un tema de la calidad del aire”, explicó Paz en conversación con La Nación mientras se desplazaba en auto rumbo a Palm Springs, el lugar donde se quedarán cuatro días.
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La costarricense explicó que nunca experimentó tanto miedo. Desde su casa podía observar la montaña en llamas, comparándola con un trozo de madera ardiendo en una fogata.
La calidad del aire empeoró drásticamente. En su área, el índice pasó de 154 a un alarmante 350, lo que provocó tos en su hija mayor y le causó a ella irritación en la garganta. Esto los motivó a salir. Tras 30 minutos de viaje, la medición mejoró a 68.
Paz comentó que entre los habitantes predomina el temor. Muchos abandonaron sus hogares de manera voluntaria, mientras que seis personas que conoce perdieron sus viviendas por completo.
“Yo siento que es peor de lo que se ve en las imágenes, es devastador. La gente está ayudando lo más que se puede pero cuando a uno le dice que los bomberos no dan a basto y están trayendo de otros estados, que los aviones no pueden volar por el viento, no es ni pánico sino que es un miedo y una tristeza”, dijo.
Aunque la situación es crítica, Paz menciona que se ha sentido “en comunidad” gracias a los buenos deseos y ayuda de otras personas.
A 40 minutos de Los Ángeles, en Simi Valley, la presentadora costarricense Laura Radinsky describió una situación similar. El temor es colectivo, pero la tristeza es mayor al ver lugares conocidos reducidos a cenizas.
“Hay pueblos completamente en cenizas, lugares donde usted iba a almorzar, donde usted iba a cenar con su familia y ahora en cenizas ha sido una experiencia bastante impresionante”, explicó la nacional.
Incluso, residentes del Paseo de la Fama tuvieron que evacuar. Eventos deportivos, atracciones turísticas y galas de Hollywood fueron suspendidos.
Radinsky y su familia se encuentran bien, aunque el martes se cancelaron las clases y algunas zonas quedaron sin electricidad. Amigos cercanos a su esposo tuvieron que abandonar sus hogares para salvarse.
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“Lo que dicen es que es impresionante dejar su casa, también tiene un estudio de grabación y el hecho de decir adiós, mirar para atrás y seguir adelante. Otro compañero músico de mi esposo tuvo que dejar su casa y aparentemente su casa sí está en cenizas”, señaló.
Laura considera que la situación se salió de las manos y desde ya en su hogar se preparan ante una eventual emergencia.
“Tenemos que estar atentos, tenemos nuestros documentos y medicinas empacadas por si se da una situación similar. Los nervios se sienten en el aire, es algo que te pone triste, son personas que perdieron los recuerdos de su vida y seguimos atentos a lo que las autoridades nos digan”, sentenció.
Los incendios continúan de forma incontrolable y ya cobraron la vida de al menos cinco personas y cientos de millones en daños estructurales.