El primer ministro británico, Tony Blair, pidió ayer en el congreso laborista, reunido en Bournemouth (sur de Inglaterra), el apoyo de su partido para lograr un tercer mandato en el Gobierno.
Ante un partido dividido por la crisis de la guerra en Iraq, Blair abogó por la unidad para ganar las próximas elecciones generales, previstas para mediados del 2005 ó 2006, y prometió escuchar al país para recuperar la confianza del electorado.
“La disyuntiva es dar un paso hacia adelante o un paso hacia atrás. Yo solo conozco un camino. Yo no doy marcha atrás”, afirmó el líder laborista en el abarrotado centro de conferencias de la ciudad costera de Bournemouth.
El Primer Ministro recordó que el laborismo lleva “seis años y medio” en el poder, advirtió de que “esta es una oportunidad que se puede aprovechar o perder” y subrayó que es “hora de la renovación, pero no de la retirada”.
“Ningún otro gobierno laborista ha llegado tan lejos. Ahora tenemos la perspectiva de conseguir un tercer mandato. Ahí está esa posibilidad. Depende de nosotros el ganar o el perder. Debemos continuar”, agregó.
Blair, cuya popularidad en los sondeos de opinión ha caído en picada por el tratamiento dado a la crisis de Iraq, admitió que algunos votantes “pueden pensar ahora de forma diferente sobre mí”.
Pero “soy el mismo. Quizás más viejo, más tenaz y con más experiencia, pero soy el mismo y creo en las mismas cosas (...) Creo que los británicos perdonarán los errores del Gobierno, aunque lo que nunca perdonarán es la cobardía frente al desafío”.
El Primer Ministro no esquivó la cuestión de Iraq y reconoció que la guerra “ha dividido a la comunidad internacional, al partido, al país, a familias y a amigos”.
Sin embargo, el gobernante laborista insistió en que volvería a “tomar la misma decisión” y recalcó que Iraq es “un país mejor” tras el derrocamiento del régimen del expresidente iraquí Sadam Husein.
El Primer Ministro también tocó el asunto del ingreso de su país en el euro, su gran ambición política, y declaró que sería una “locura para el Reino Unido abandonar la idea de adoptar la moneda única”.
Además, Blair dedicó palabras para ensalzar algunos de los logros de sus seis años en el Gobierno, como el acuerdo de paz de 1998 para el Ulster.