La investidura de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil hoy miércoles será, según sus organizadores, la mayor fiesta en la historia democrática del país y un espectáculo inolvidable para 500.000 testigos.
“Muchos se están sacrificando para venir a la toma de posesión de Lula. Tenemos el deber de convertir el día de esas personas en lo más provechoso posible”, declaró Sílvio Pereira, secretario nacional de Organización del Partido de los Trabajadores (PT).
El miembro del PT, principal fuerza socialista brasileña de la cual Lula da Silva es su principal representante, destacó que su declaración se limitaba a las centenas de miles de personas que llegarán hoy.
Fiesta popular
“Preparamos recuerdos que también podrán disfrutar los miles de otros conciudadanos que estarán trabajando para tornar un sueño realidad”, dijo.
Pereira subrayó que el PT optó por cambiar las ceremonias de gala previstas para ocasiones de ese tipo por una gran fiesta popular.
Alrededor de 12.000 personas han sido convocadas, entre militantes del PT y funcionarios, para los preparativos.
En ese “ejército” la seguridad quedará a cargo de unos 5.000 policías militares, 1.500 bomberos, 200 policías civiles, 100 agentes de tránsito y unos 500 integrantes de los servicios de inteligencia del ejército y de la policía federal.
Algunos policías fueron preparados para atender en inglés, francés y español a turistas extranjeros, un detalle raro en Brasil.
“Queremos que existan las condiciones necesarias para que todos se vayan con recuerdos agradables”, declaró el publicista Duda Mendonza, responsable por la imagen de Lula y los programas de radio y televisión de su campaña electoral.
Los organizadores anunciaron que cerca de un millón de adhesivos, 100.000 banderas, 100.000 viseras, 100.000 abanicos y 160.000 pañuelos con los colores nacionales, el verde y el amarillo, serán distribuidos a todos los presentes.
Todas las piezas contendrán el mensaje “Investidura de Lula. Yo participé en ese cambio”.
Los organizadores añadieron que, además de los recuerdos y de ver a Lula desfilar con su faja presidencial, sea en el Rolls Royce presidencial convertible si hace sol, sea en el vehículo del tipo “papamóvil” si llueve, habrá mucha diversión.
Destacaron también las diversas presentaciones de artistas populares y de grupos folclóricos en el amplio campo abierto de la Explanada de los Ministerios, extensa avenida de la capital federal brasileña.
En esa vía se encuentran las sedes del Ejecutivo, el Legislativo, el Judiciario brasileño y los ministerios, y será donde el cantautor Gilberto Gil, futuro ministro de Cultura, “debutará”, según uno de los organizadores.
Otro dato inédito en la investidura de Lula son las 118 representaciones extranjeras que acudirán, siete más de las que comparecieron en el año 1995 a la primera toma de posesión de Cardoso.
Además, si compareciera apenas la quinta parte del público previsto para hoy, esa cifra será cinco veces mayor que la cantidad de espectadores que asistieron a la asunción de Fernando Collor de Mello (1990-1992).