Bucarest. El Tribunal Constitucional de Rumania informó este viernes la anulación de las elecciones presidenciales, cuya segunda vuelta estaba prevista para el domingo, en medio de sospechas de injerencia rusa.
El tribunal anuló “la totalidad del proceso” con el objetivo de “asegurar la validez y la legalidad” de la votación y pidió que “todo el proceso electoral” sea reiniciado.
En la primera vuelta, el candidato nacionalista Calin Georgescu sorprendió al liderar las votaciones. Crítico de la Unión Europea y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Georgescu aboga por el cese total de la ayuda a Ucrania.
Este exfuncionario de alto rango, de 62 años, ganó notoriedad gracias a una campaña viral en TikTok. En la segunda vuelta debía enfrentarse a la candidata centrista y proeuropea Elena Lasconi, quien mostraba avances en las encuestas.
El mensaje de “Rumania primero” de Georgescu tiene apoyo en una parte de la población, cansada de los partidos tradicionales y golpeada por las dificultades económicas en uno de los países más pobres de Europa.
Georgescu, conocido por sus teorías conspirativas, se benefició de una “campaña de promoción agresiva en redes sociales, en violación de la legislación electoral”, según señalaron las autoridades rumanas. También se establecieron paralelismos con anteriores esfuerzos de injerencia electoral rusa en Europa.
Los servicios de inteligencia identificaron “25.000 cuentas de TikTok” asociadas directamente con su campaña, que se volvieron “extremadamente activas dos semanas antes de las elecciones”, según documentos desclasificados este miércoles.
Además, se detectaron más de 85.000 ciberataques, “incluido el día de las elecciones”, ejecutados desde aproximadamente 30 países, con el objetivo de explotar vulnerabilidades en los sistemas informáticos electorales y desestabilizar el proceso.
Georgescu trabajó desde 1992 en el Ministerio de Medio Ambiente antes de ingresar al de Relaciones Exteriores y realizó misiones para agencias de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Viena y Ginebra.
Aunque en el pasado expresó su admiración por el presidente ruso Vladimir Putin, recientemente evita posicionarse de manera clara, declarando que es “prorrumano”.