“Siempre me ha gustado el programa [de visados] H1-B, siempre he estado a favor de las visas, y por eso las tenemos”, declaró Trump al diario New York Post, refiriéndose a los empleados de sus propias empresas.
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Las visas H1-B permiten a las empresas estadounidenses contratar temporalmente a trabajadores extranjeros en ocupaciones especializadas, principalmente en áreas como tecnología, ingeniería y ciencias. Son ampliamente utilizadas en Silicon Valley, la cuna de las compañías tecnológicas, donde se necesitan profesionales altamente cualificados.
En los últimos días, algunos de los seguidores de Trump en el sector tecnológico, entre ellos Musk, han debatido sobre este tema con figuras conservadoras que promueven una postura más restrictiva frente a la inmigración.
El discurso a favor de las visas H1-B preocupa a un sector ultraconservador, en parte porque Trump criticó durante toda su campaña a los migrantes y fue elegido con una política de línea dura contra la inmigración.
El mismo Elon Musk, originario de Sudáfrica, se benefició en el pasado de este tipo de visado.
“La razón por la que estoy en Estados Unidos, al igual que quienes construyeron SpaceX, Tesla y cientos de otras empresas, es por la H1-B”, escribió Musk el viernes en su red social X, prometiendo “ir a la guerra por este tema”.
El exasesor de Trump en la Casa Blanca, el ultraderechista Steve Bannon, criticó el viernes lo que calificó como “la estafa de los oligarcas de Silicon Valley para quitar los puestos de trabajo a los ciudadanos estadounidenses”.
En el pasado, Trump había expresado su oposición a las visas H1-B, que calificaba como “muy injustas para los trabajadores estadounidenses”. Durante su primer mandato, impuso restricciones a estas visas, que posteriormente fueron levantadas por la administración del presidente saliente, Joe Biden.
Algunos partidarios de Trump temen que este caiga bajo la influencia de grandes donantes del sector tecnológico, como Musk, y se desvíe de las promesas hechas durante su campaña.