Washington. El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este lunes su intención de declarar el estado de emergencia nacional y de utilizar al ejército para realizar una deportación masiva de migrantes.
“Buenas noticias: según algunos informes, la próxima administración de Donald Trump planea declarar el estado de emergencia nacional y emplear recursos militares para combatir la invasión permitida por el presidente Joe Biden mediante un programa de expulsiones masivas”, escribió Tom Fitton, director de la organización conservadora Judicial Watch, en la plataforma Truth Social del republicano.
El magnate, que asumirá el cargo el 20 de enero, respondió al mensaje con un “¡Es verdad!”.
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La Guardia Nacional es un cuerpo militar bajo el mando de cada gobernador estatal, que puede ser convocado para proteger al país en caso de conflicto o desastre.
En abril, Trump declaró que esta fuerza “debería ser capaz” de hacerse cargo de las expulsiones de migrantes en situación irregular. “Si no es así, utilizaría el ejército”, agregó, refiriéndose a las tropas federales, en una entrevista con Time.
Desde su victoria en las elecciones presidenciales del 5 de noviembre, el republicano de 78 años dio pasos para aplicar expulsiones masivas de migrantes, a quienes acusa de envenenar “la sangre” de Estados Unidos, de “infectar” el país, de comer mascotas, de ser “asesinos” y “salvajes”, entre otros calificativos extremos.
En los últimos días, Trump nombró a Tom Homan como “zar de la frontera”. Aunque no especificó las funciones de este antiguo director de la agencia encargada del control de la inmigración (ICE) durante su primer mandato, el título del cargo resulta claro.
Homan es un firme defensor de políticas migratorias estrictas. Entre 2017 y 2018, supervisó una política que resultó en la separación de 4.000 niños migrantes de sus padres.
El presidente electo también nombró a otros dos personajes radicales: Kristi Noem, al frente del Departamento de Seguridad Interior, encargado de la protección de aduanas y fronteras y de la gestión de la migración, y Mike Waltz como asesor de Seguridad Nacional en la Casa Blanca.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos expresan su preocupación por el futuro de los más de 11 millones de migrantes en situación irregular en Estados Unidos.
Economistas también advirtieron sobre los elevados costos y el impacto negativo que tendría una expulsión masiva para la economía estadounidense, que ya enfrenta una escasez de mano de obra.