Tercero detrás de los liberales de Mark Rutte (31 escaños de los 150 de la Cámara Baja) y de los laboristas de Job Cohen (30), el extremista Partido para la Libertad (PVV) de Geert Wilders superó las previsiones de los sondeos, que anunciaban que duplicaría sus escaños.
El cuarto lugar es ocupado por los demócratas cristianos (CDA) del primer ministro saliente Jan Peter Balkenende, que pasaron de 41 a 21 escaños. Este resultado muestra una derrota histórica de esa fuerza, que estuvo en todas las coaliciones de gobierno desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Los extremistas del PVV, “en cruzada contra la islamización”, pueden pretender entrar en una coalición gubernamental.
“Ahora están obligados en La Haya a contar con nosotros”, afirmó Wilders, de 46 años, a los eufóricos militantes de su partido. “Queremos realmente entrar en el Gobierno”, aseguró.
El PVV fue creado por Wilders después de que este abandonó a los liberales en el 2004, y entró en el Parlamento en 2006. Fue segundo en las elecciones europeas de 2009, y son suyas cinco de las 25 curules de los eurodiputados holandeses en Estrasburgo.
Tras un buen resultado en las elecciones municipales de marzo, el PVV llegó a ser considerado por los sondeos como segundo partido, aunque hace unas semanas hubo encuestas que lo situaban incluso en el primer lugar.
Los liberales de VVD, cuyo programa de reducción de gastos públicos y de déficit es el más ambicioso, llegaron finalmente en primer lugar, aunque por estrecho margen, delante de los laboristas.
Holanda es el primer país de la zona euro en elegir diputados después de que la crisis griega amenazara con extenderse, y afectara la moneda única europea.
Como ningún partido obtuvo la mayoría en el Parlamento, serán necesarias negociaciones para formar una coalición, que pueden durar semanas o incluso meses. Normalmente, el jefe del partido que ganó más escaños debe convertirse en primer ministro.