Venezuela y Colombia retoman a partir del lunes formalmente relaciones diplomáticas tras la llegada a Caracas, el domingo, del embajador colombiano Armando Benedetti, designado por el nuevo presidente Gustavo Petro, luego de tres años de ruptura diplomática.
“Las relaciones con Venezuela nunca han debido romperse, somos hermanos y una línea imaginaria no nos puede separar, ni muchísimo menos una política pública de Estado como sucedió con el presidente (Iván) Duque; vamos a ir a restablecer las relaciones con Venezuela”, indicó el exsenador Benedetti en Twitter.
“Mañana (lunes) una vez que presente mis credenciales a la Cancillería venezolana y al presidente Maduro quedarán restablecidas las relaciones entre Venezuela y Colombia”, dijo luego a la prensa.
El diplomático colombiano aseguró que más de 8 millones de colombianos viven del comercio binacional con Venezuela, por lo que uno de los objetivos es restablecer las relaciones comerciales entre ambos países.
Una expectativa semejante existe del lado venezolano, donde los industriales anhelan normalizar el comercio que existió durante años.
A su llegada a Venezuela, Benedetti fue recibido por el viceministro de Relaciones Exteriores venezolano, Rander Peña Ramírez.
“En nombre del presidente Nicolás Maduro le dimos la bienvenida al país a Armando Benedetti, embajador designado de la República de Colombia en la República Bolivariana de Venezuela, nuestros vínculos históricos nos convocan a trabajar juntos por la felicidad de nuestros pueblos. ¡Bienvenido!”, celebró Peña en un tuit con imágenes del encuentro.
El canciller de Venezuela, Carlos Faría, apuntó que con la llegada de Benedetti inicia el rescate de las relaciones entre ambos países.
“Recibimos con entusiasmo al embajador de Colombia en nuestro país, Armando Benedetti confiados y llenos de esperanza de que este será un nuevo comienzo para profundizar los lazos de hermandad y cooperación entre nuestros pueblos y así avanzar juntos al futuro”, tuiteó.
Tras la llegada al poder del izquierdista Gustavo Petro en Colombia, ambos países designaron a sus respectivos embajadores para alcanzar la normalización de sus relaciones diplomáticas, rotas en 2019.
Petro y su par venezolano Maduro anunciaron el 11 de agosto los nombres de sus representantes diplomáticos: el excanciller Félix Plasencia es el embajador de Venezuela en Bogotá, mientras que Benedetti cumplirá misión en Caracas.
Plasencia fue canciller entre agosto de 2021 y mayo de 2022 y embajador en China entre 2019 y 2021.
Benedetti, de 54 años, es uno de los primeros políticos tradicionales en sumarse a la aspiración presidencial de Petro, luego de haber llegado al Senado en 2006 como parte de un partido fundado por Uribe.
Ambos países rompieron relaciones en 2019, el punto más álgido de un vínculo plagado de tensiones en dos décadas de enfrentamientos entre el chavismo gobernante y el período de derecha que inició Álvaro Uribe, que finalizó con la llegada de Petro al poder.
Un restablecimiento previo era imposible toda vez que el anterior presidente, Duque, no reconocía a Maduro como presidente sino al dirigente opositor Juan Guaidó, al considerar que la reelección del mandatario fue fraudulenta.
Se espera con esta normalización, impulsar el intercambio comercial, que rozó los $7.200 millones en 2008, pero se vino a pique con el cierre parcial de la frontera en 2015 y total en 2019.
Ese cierre estuvo marcado por señalamientos del presidente Maduro de una “emboscada” a militares venezolanos en el estado Táchira (oeste), donde se ubica el cruce más importante entre ambos países.
La Cámara Colombo-Venezolana maneja proyecciones de intercambios comerciales de $800 millones a $1.200 millones en 2022, luego que el año pasado la cifra bordeara los $400 millones.
Además, el tema migratorio es crucial, pues miles de personas cruzan a diario la línea limítrofe. Colombia acoge a dos de los seis millones de venezolanos que han migrado por la crisis de su país, que recibieron permisos para trabajar y acceder a servicios públicos.
El restablecimiento de relaciones supone múltiples retos, un ejemplo es el cierre de los puentes limítrofes en Táchira, limitados al paso peatonal.
Se mantienen en el puente de Tienditas, en Ureña, gigantescos contenedores que bloquean la vía, puestos por militares cuando Guaidó lideró en 2019 el fallido intento de pasar cargamentos de alimentos y medicinas enviados por Estados Unidos, que el gobierno de Maduro calificó como el pretexto para “una invasión”.
La porosa frontera de más de 2.000 km que comparten es, asimismo, escenario de enfrentamientos entre grupos armados y fuerzas públicas, en medio de denuncias del expresidente Duque contra Maduro de dar cobijo a disidentes de las FARC, guerrilleros del ELN y narcotraficantes.