La pugna entre los dos candidatos presidenciales en el inmenso ajedrez del territorio estadounidense se realiza estado por estado, y por el momento George W. Bush lleva ventaja sobre su rival John Kerry.
En función del debate de anoche entre ambos, los equipos de campaña examinarán con lupa las reacciones, para decidir su estrategia para el resto de la campaña y los lugares a los que ambos candidatos dedicarán sus últimas semanas y millones de dólares en avisos televisivos.
El vencedor de la elección presidencial se decide en Estados Unidos no por el número de votos que consigan uno y otro, sino en función del número de grandes electores de que dispone cada estado.
Estados Unidos cuenta con 538 grandes electores. El candidato que obtiene la mayoría de los votos en un estado se atribuye todos los grandes electores que corresponden a ese estado.
Por el momento, el tablero electoral parece favorable a Bush. Los expertos consideran, sin embargo, que todo puede cambiar aún antes del 2 de noviembre.
Los sondeos muestran que los republicanos están en buena posición en varios estados ganados por los demócratas durante la presidencial de 2000, y reducen el margen de maniobra de Kerry en los estados indecisos, donde el senador por Massachusetts sigue esperando avanzar.
Variables
Un análisis de diversos medios muestra que Bush tiene a su favor 257 de los 270 grandes electores indispensables para alcanzar la Casa Blanca. Kerry solo tendría 181.
Nueve estados, con 100 grandes electores y en los que la población sigue indecisa, detentan las llaves de la Casa Blanca.
Bush aventaja levemente a Kerry en al menos un estado tradicionalmente demócrata, Wisconsin, y aparece cabeza a cabeza en otros cinco: Iowa, Minnesota, Nuevo México, Oregon y Maine.
También está cerca de Kerry en Michigan y New Jersey, que no vota republicano desde 1988, y que hace cuatro años apoyó ampliamente al demócrata Al Gore.
Kerry acaba de abandonar la idea de ganar en Misuri, donde pensaba poder aprovechar una ola de descontento anti-Bush a causa de las pérdidas de empleos.
Los sondeos siguen atribuyendo a uno y otro el triunfo en el estado de Florida.