Mosul, Iraq. AFP. La violencia sectaria en Iraq sigue incrementándose y solo ayer fueron encontrados 51 cadáveres en diversas partes del país.
En Mosul (norte), un kamikaze que conducía un camión bomba mató a cuatro soldados y 10 civiles.
Mientras tanto otra gran ciudad, Kirkuk (norte), se encuentra bajo toque de queda para facilitar la búsqueda de rebeldes.
Los cuerpos encontrados, acribillados y no identificados, fueron descubiertos por la policía iraquí en diferentes sitios de Bagdad.
En los últimos meses las calles de la capital se han convertido en escenario de actos de violencia de escuadrones de la muerte rivales, ligados a los rebeldes sunitas o a las milicias chiitas.
En cuanto al atentado suicida, el atacante estrelló su camión cargado de explosivos contra la pared de una casa utilizada como puesto de observación por parte del ejército iraquí, en un barrio a 370 kilómetros al norte de Bagdad.
Los atentados con coche bomba y los ataques en general han aumentado en los últimos meses en Kirkuk, con acciones violentas perpetradas por el grupo extremista sunita Ansar al Suna, ligado a la red terrorista Al Qaeda.
En otros sectores de la ciudad como Hilla, 120 km sur de Bagdad, cinco obuses de mortero explotaron en un grupo de casas y causaron dos muertos, mientras que en Baaquba (sur), donde los enfrentamientos son cotidianos, dos hombres armados murieron y 40 fueron capturados.
El ejército estadounidense anunció la muerte de uno de sus militares en un ataque en la refinería de Baiji, en el norte de Bagdad. Su muerte eleva a 2.732 el número de estadounidenses fallecidos en Iraq desde el 2003.
En un intento por reducir los enfrentamiento confesionales en el país, los dirigentes chiitas y sunitas se preparan para firmar en Arabia Saudita una declaración que prohibe la violencia entre musulmanes, indicó ayer la Organización de la Conferencia Islámica (OCI).
Para ello, cuatro representantes de las comunidades musulmanas chiita y sunita iniciaron una reunión preparatoria en La Meca.