“He venido a buscar espacios y salida a los problemas, debemos buscar salida entre los malos que quieren permanecer en una crisis y los buenos que queremos salir del problema... y la Constituyente es una salida democrática que tenemos”, expresó el mandatario en un discurso ante miles de sus partidarios en una plaza cercana al aeropuerto Toncontín.
Zelaya arribó con su familia a la capital hondureña en un avión venezolano, procedente de Nicaragua. Fue derrocado en un golpe de Estado el 28 de junio del 2009.
Horas después, pidió el reconocimiento de la comunidad internacional para el gobernante Porfirio Lobo. “Si el Gobierno le reconoce los derechos al pueblo y el presidente Lobo le está reconociendo los derechos democráticos que nos habían violado a nosotros y al pueblo, la comunidad internacional entonces tiene ahora la obligación de reconocerle los derechos al presidente (Lobo) y a su gobierno”, manifestó.
Agradeció a los presidentes Hugo Chávez, de Venezuela, y Juan Manuel Santos, de Colombia, por haber impulsado el Acuerdo de Cartagena de Indias que le permitió volver al país.
Zelaya fue derrocado precisamente por intentar convocar a una constituyente y porque, según sus detractores, quería perpetuarse en el poder, como lo han hecho varios presidentes sudamericanos. Sin embargo, en su ausencia el legislativo modificó las leyes y abrió la posibilidad de realizar plebiscitos para convocar a una constituyente e impulsar la reelección presidencial.
“El Acuerdo de Cartagena solo tiene un mensaje: golpes de Estado nunca jamás en Honduras y Latinoamérica”, afirmó el dirigente.
El derrocado gobernante también expuso que se propone impulsar “la reconciliación democrática de los hondureños”.
Concluido su discurso, el exmandatario se reunió en la Casa Presidencial con el presidente Lobo, cancilleres de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Colombia, María Ángela Holguín; el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, el expresidente panameño Martín Torrijos y la exsenadora colombiana Piedad Córdoba.
El Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que aglutina a zelayistas, organizó la bienvenida para este liberal que dio un giro a la izquierda tras llegar al poder en el 2006 y que fue derrocado en un golpe ejecutado por el Ejército con el aval del Congreso y de la Corte Suprema de Justicia.
Zelaya tiene la intención de convertir al FNRP en un partido político para competir en las elecciones previstas para el 2013.
Para ser candidato a la presidencia, debe lograr una reforma constitucional pues los exgobernantes no pueden postularse. El tema de la enmienda a la ley fundamental fue incluido en el Acuerdo de Cartagena firmado con Lobo, aunque no resultará fácil instrumentarlo, pues es necesario convocar a un plebiscito, cuyo procedimiento resulta complejo.
Si la reforma llegara a fracasar, el FNRP pretende llevar como candidata presidencial a la esposa de Zelaya, Xiomara Castro, quien tiene 51 años.