Seis de cada diez costarricenses adultos sufren de sobrepeso, lo cual aumenta el riesgo de que padezcan problemas cardíacos, renales o diabetes, entre otras complicaciones.
Este dato fue revelado ayer por la última Encuesta Nacional de Nutrición 2008-2009, elaborada por el Ministerio de Salud y otras cuatro instituciones públicas en 2.820 viviendas urbanas y rurales.
Según el estudio, los hombres tuvieron el mayor deterioro alimenticio en las últimas casi tres décadas. En 1982, solo el 22% de los varones tenía sobrepeso, mientras que hoy la cifra supera el 62%.
En el mismo período, la cantidad de mujeres con un peso mayor al recomendado subió de un 45% a un 68,5%.
La encuesta también descubrió un incremento de la obesidad en los niños. Hoy, dos de cada diez menores tienen sobrepeso, entre los 5 y los 12 años. En cambio, en 1996 la cifra era de uno y medio.
Cinturas holgadas. Los encargados del estudio midieron también la cintura de las personas para evaluar si estas sobrepasan la circunferencia máxima recomendada.
En los hombres, la cintura no debería medir más de 102 centímetros y, en las mujeres, 88 centímetros.
Sin embargo, el estudio encontró que la mitad de las mujeres adultas sobrepasa esa medida y, en el caso de los varones, casi un 15%.
Esos datos explicarían por qué ha subido la incidencia de infartos en mujeres, dijo María Luisa Ávila, ministra de Salud.
En el otro extremo, el estudio demostró que en Costa Rica hay pocos casos de la desnutrición conocida como “marasmo”, es decir, el extremado enflaquecimiento del cuerpo humano.
El estudio estima que solo el 6% de los niños está por debajo del peso recomendado. En Guatemala, en cambio, la desnutrición crónica alcanza al 50% de los niños, según informó la agencia de noticias ACAN-EFE.
Sin embargo, Ávila advirtió de que muchas personas con obesidad sufren, en realidad, desnutrición porque ingieren alimentos con muchas calorías, pero con bajos contenidos de proteínas.
Ese hábito les produce una hinchazón del cuerpo porque retienen los líquidos, dijo la jerarca, quien agregó que más del 30% de los fallecidos por el virus AH1N1 han sido obesos.
Avance. En lo que sí ha mejorado la población es en el consumo de micronutrientes, como vitamina A, hierro y ácido fólico, lo cual evita la anemia, por ejemplo.
De hecho, la incidencia de esa enfermedad entre los niños bajó de un 26% a un 7%, desde 1996 hasta la fecha. Este proceso está relacionado con los programas de fortificación de ciertos alimentos.
La vitamina A está en alimentos como la zanahoria, el pescado, los mariscos y la lechuga.
En el mundo, 250 millones de niños tienen déficit de esa vitamina, lo cual está asociado a males como la ceguera.
La ministra de Salud atribuyó el empeoramiento de la obesidad a factores como el auge de la comida rápida y la inserción de la mujer en el mercado laboral, pues en muchos hogares ahora se cocina poco.
Ávila afirmó que el Estado puede promover una mejora mediante la alimentación en los centros infantiles Cen-Cinai, así como con la capacitación a las madres.
El Ministerio de Salud también pide a la población comer cinco frutas al día, bajo el lema de que “comer sano no es caro”, e intensificar la práctica del deporte.
Luis Tacsan, director de Desarrollo Científico y Tecnológico de Salud, señaló que las mejoras están en aspectos en los que el usuario no debe hacer mucho esfuerzo, pero no en los que requieren un cambio de actitud como la dieta y el ejercicio físico. “Realmente no es jugando, nos estamos matando con una mala alimentación”, comentó.