Los costarricenses admiten que la puntualidad, el ahorro y el perfeccionismo son valores que muy pocos ticos practican.
Ganar y gastar es la lógica, mientras el ahorro queda solo como un recuerdo, que solo el 16% de los 600 consultados atribuye a la identidad nacional.
El costo de la canasta básica es el enemigo por excelencia: las facturas de agua, luz, teléfono, comida, tarjetas de crédito, dejan maniatados a muchos, que aseguran que el ahorro es imposible.
“La vida está carísima; ahora es imposible ahorrar. Es un valor que uno debería de enseñar a los hijos desde que están pequeños, pero dígame cómo”, dijo Enrique Quirós, vecino de Cartago.
Seguido de la falta de ahorro, están la impuntualidad del tico. Solo 17% considera que el costarricense llega a tiempo a los compromisos que tiene.
“Cuesta mucho que el tico sea puntual, es una costumbre muy desagradable, pero que nos retrata muy bien”, dijo Juliana Alvarado, vecina de barrio Cuba.
La encuesta de Unimer revela que otro de los valores débiles es la honestidad: solo dos de cada diez ticos definen al tico como una persona honesta.