La cantidad de dinero estatal que la Iglesia Católica de Costa Rica recibirá en el año 2010 será un 450% superior al monto del año 2008.
Un total de ¢332,5 millones del Estado pasarán a manos eclesiásticas el próximo año.
El dinero se invertirá en reparar los templos católicos.
El mayor incremento en los giros estatales a la Iglesia Católica de Costa Rica se produjo entre los presupuestos públicos del 2008 y del 2009, pues se pasó de ¢59 millones a ¢244 millones, lo que supuso un incremento superior al 300%.
Los beneficios para la Iglesia, sin embargo, podían aumentar aún más el año próximo, pues la cifra programada para el 2010 llega a ¢332,5 millones, es decir un incremento equivalente al 36%.
Así se establece en el Presupuesto Ordinario presentado por Hacienda ante el Congreso la semana pasada.
Según ese presupuesto los ingresos por impuestos no alcanzarán para cubrir gastos corrientes.
El aporte estatal a la Iglesia se fundamenta en el artículo 75 de la Constitución Política, que estipula que la religión católica es la del Estado, “el cual contribuye a su mantenimiento”.
El aumento se plantea mientras en el Congreso se tramita una reforma constitucional que pretende suprimir la existencia de un Estado confesional. Si se aprobara, el Gobierno no estaría obligado a dar dinero a la Iglesia.
El proyecto cuenta con el apoyo de 13 diputados de diferentes fracciones y fue redactado por el Movimiento por un Estado laico.
Justificación. Entre las obras de la Iglesia financiadas con dinero estatal en este 2009 están las reparaciones en templos puntarenenses, con un tope de ¢145 millones, y la restauración del templo católico de Zarcero, con ¢25 millones.
Dentro de los rubros de gasto para el 2010 se proyecta el pago de ¢75 millones para la “reparación y compra de equipo de sonido” en beneficio de la Basílica Nuestra Señora de las Piedades en Naranjo de Alajuela. En total la diócesis alajuelense recibiría ¢105, 5 millones.
La Arquidiócesis de San José obtendría ¢65 millones para remodelar y pintar algunos de sus centros religiosos.
La Diócesis de Tilarán dispondría de ¢47 millones. También se reservaron ¢80 millones para el desarrollo de proyectos que mejoren las instalaciones de las iglesias de la Diócesis de Puntarenas.
Para la Diócesis de Limón se destinarán ¢35 millones, que financiarían la construcción de la Casa Cural Valle de la Estrella, entre otros.
José Luis Araya, viceministro de Egresos del Ministerio de Hacienda, explicó que los fondos que se le giran a la Iglesia surgen de necesidades “urgentes o cuando hay un daño muy profundo” de su infraestructura.
“El dinero se fija para algo muy particular. Nosotros no le damos subvenciones corrientes permanentemente o mensuales a la Iglesia”, declaró en días pasados el viceministro Araya.
Recelo de diputados. La diputada liberacionista Maureen Ballestero advirtió que dentro del presupuesto hay una partida destinada a la compra de equipo de sonido.
“Vale la pena revisar un poco la utilización de esos recursos para que el Estado los invierta de la manera más adecuada, pues los pagamos todos los costarricenses”.
El jefe de fracción del Partido Acción Ciudadana, Alberto Salom, se mostró en contra de que el Estado, en representación de toda la sociedad, financie a una iglesia, “porque este no puede tener una religión oficial”.
Aunque Salom manifestó que no se opone a la inversión de fondos públicos en monumentos arquitectónicos eclesiásticos, hizo hincapié en que, en una coyuntura de crisis económica, no se deben despilfarrar recursos.
“No es poca cosa (los fondos destinados a la Iglesia) para un presupuesto que viene deficitario, con huecos. Hay que darle de comer a la gente, ¿cómo vamos a estar invirtiendo en eso cuando hay tantas dificultades?, cuestionó Salom