Puntarenas. El silencio durante varios días en su vivienda en barrio El Cocal fue el primer aviso de la muerte de Jorge Rodolfo Calderón Bedoya, más conocido en esta ciudad como Anayanci.
El cadáver del travesti, de 56 años, quien al parecer murió asfixiado, fue encontrado en una habitación de su casa amarrado de pies y manos, informaron ayer fuentes de la Fuerza Pública y del Organismo de Investigación Judicial (OIJ).
El hallazgo se produjo luego de que efectivos de la Comandancia recibieran, a las 12:15 p. m., una llamada anónima para reportar el mal olor en el inmueble.
Dos uniformados ingresaron minutos más tarde para encontrar el cuerpo de Anayanci sobre la cama de la última habitación y con un paño sobre la cara. Otra información indicó que también le amarraron una bolsa plástica en la cabeza.
El cuerpo estaba en avanzado estado de descomposición pues, de acuerdo con datos preliminares, la muerte se produjo unos cuatro días atrás.
La hipótesis inicial sobre el móvil del homicidio es el robo, debido a que la casa estaba en desorden y en el suelo se encontraban un televisor y un maletín, como si los hubieran dejado listos para llevárselos. No obstante, se teme que el o los asesinos intentaran despistar a las autoridades con tales evidencias.
"Anayanci no merecía morir así porque no tenía enemigos en Puntarenas", manifestó con pesar Flor Ugalde, una de sus conocidas, quien, junto a decenas de puntarenenses, se agrupó ayer cerca de la que fue vivienda de este personaje oriundo de Limón.
Con su muerte, según comentaron sus vecinos, también se pierde a un gran seguidor del Municipal Puntarenas y fiel asistente de los carnavales. Integrantes de la comparsa Los Cumbacheros de Barranca acudieron pronto a la vivienda.