Los atrasos ocasionados por problemas de diseño, traslado de servicios públicos y otras falencias que enfrentó el proyecto Taras-la Lima desde la orden de inicio girada en enero de 2021, provocaron que la obra se encareciera en $20 millones.
El proyecto había sido adjudicado al consorcio H Solís-La Estrella por un monto de $58 millones y debía completarse en un plazo de 28 meses. Sin embargo, las obras terminarán costando alrededor de $78 millones y serán entregadas dos años y medio después de lo previsto.
La semana anterior, durante una visita al proyecto, el jerarca del Ministerio de Obras Públicas y Transportes (MOPT), Mauricio Batalla Otárola, aseguró que el aumento en el costo de las obras fue una de las razones por las que se decidió eliminar el cuarto nivel en el intercambio de la Lima. Batalla insistió en que dicha reducción en el alcance del proyecto se sustentó en estudios técnicos que determinaron que el cuarto nivel no se necesitaría sino hasta dentro de 10 o 14 años.
“En el proyecto tenemos cerca de $20 millones por dentro, por un montón de falencias del diseño del 2019 (...) Como director de proyectos tenemos que ver cuáles son los recortes y de dónde vamos a sacar los recursos para poder terminar el proyecto”, explicó.
El ministro agregó que, por esta razón, decidieron utilizar los recursos disponibles en “necesidades de hoy” y sostuvo que el tránsito en Cartago “ya está colapsado” aunque el proyecto estuviera habilitado, pues los conductores se toparán con embudos una vez que pasen por los nuevos intercambios a tres carriles y terminen en vías de un solo carril por sentido.
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“En 5 años podemos buscar recursos y a partir de ahí sacar las licitaciones y en 10 años hacer las obras que se requieren, pero hoy tenemos que solventar a los cartagineses los problemas que tienen hoy”, agregó el jerarca.
Malos diseños
Por su parte, el viceministro de Infraestructura, Efraím Zeledón Leiva, recalcó que cuando asumieron el proyecto en 2022, este tenía apenas un 5% de avance porque estuvo suspendido varios meses al inicio debido a los mismos problemas de diseño.
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“Tuvieron que hacerle un montón de ajustes a la parte eléctrica, a la parte de pavimentos, manejo de aguas; esos ajustes encarecieron el proyecto. Tenemos un proyecto que ya está más caro, y tuvimos que buscar recursos para completarlo. No veíamos razón para invertir más de $10 millones que cuesta el cuarto nivel (...) si los estudios hubieran demostrado que el cuarto nivel era necesario, no quedaba más que conseguir los fondos”, explicó.
Zeledón agregó que, además de los cambios mencionados, la unidad ejecutora debió contratar su propio estudio hidráulico para atender problemas de manejo de aguas, que incluso habían sido advertidos por el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme). Asimismo, se debió corregir el principal problema relacionado con un desvío de agua de la quebrada Chumico hacia el río Taras.
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El rediseño incluyó también cambiar el diámetro de las alcantarillas de 600 a 900 mm. Además, debieron incluirse muros de retención que no estaban contemplados originalmente.
Fondos remanentes
Consultado sobre el origen de los fondos para cubrir el sobrecosto, el viceministro aseguró que fue necesario tomar “saldos” de otros proyectos contemplados en el contrato de préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que también incluía la construcción de la carretera y las obras impostergables de la ruta 1.
Específicamente, se utilizarán recursos destinados a obras como el intercambio del Coyol y el paso a desnivel Juan Pablo II, las cuales ya no se ejecutarán como parte de las llamadas Obis, sino que se trasladaron al plan del proyecto integral de ampliación de la carretera entre San José y San Ramón. Las obras que sí se ejecutarán con ese mismo fondo incluyen los intercambios de Naranjo, San Ramón y Grecia, que actualmente están en proceso de recepción de ofertas.
El proyecto Taras-La Lima comprende la construcción de dos rotondas a tres niveles en esas intersecciones a la entrada de Cartago, así como un paso a desnivel entre ambos puntos, que fue puesto en servicio parcialmente a inicios de este año.
En el intercambio de Taras se construirá una rotonda al nivel de la vía actual, lo que permitirá el acceso a San Nicolás de Cartago. En la parte superior, habrá tres carriles por sentido para que los vehículos que circulan desde la carretera Florencio del Castillo hacia Cartago o viceversa transiten sin detenerse. Además, en ese cruce se contemplan retornos, carriles de acceso y conexiones con vías marginales.
En la intersección de la Lima se dispondrá de un paso deprimido que corresponderá al primer nivel, por donde circularán los vehículos que viajen desde El Guarco (Interamericana Sur) hacia San José. El segundo nivel incluirá dos rotondas que permitirán realizar los movimientos de distribución entre los niveles y el ingreso de vehículos que salen de zonas francas aledañas. Mientras tanto, el nivel superior permitirá que los vehículos que viajan de Cartago a San José, y viceversa, transiten sin detenerse.
El cuarto nivel, que fue eliminado, era el que permitiría el tránsito de Cartago hacia El Guarco. Esos flujos ahora se redistribuirán en el segundo nivel.
De acuerdo con el cronograma dado a conocer por el MOPT a inicios de setiembre, el próximo 7 de noviembre se pondrá en servicio el paso superior del intercambio de Taras, mientras que en marzo se habilitará el paso elevado en la Lima. Todas las obras restantes deberán estar completas para el 31 de octubre de 2025.