La creación de un hospital psiquiátrico penitenciario es una brasa que pasa de mano en mano entre las autoridades. Pero, ninguna se decide a asumirlo.
El diputado Alexánder Mora presentó un proyecto de ley para crear ese centro, el cual estaría a cargo del Ministerio de Justicia.
Guillermo Arroyo, director de Adaptación Social –encargada de los centros penitenciarios del país– lo considera contraproducente.
“En esto ha existido una discusión sobre a quién le toca atender a estas personas. Creo que eso no le corresponde a Adaptación Social. Nosotros no tenemos ni la capacidad financiera ni los conocimientos médicos para asumir algo así”, puntualizó.
Arroyo comentó que lo idóneo sería contar con un salón en el Hospital Psiquiátrico cuya vigilancia esté a cargo del personal de la Policía Penitenciaria.
“No tenemos el personal para atender a esa población. Para eso existe en el país el Ministerio de Salud y una institución especializada: la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). No creo que el sistema penitenciario sea el llamado a asumir un centro así”, enfatizó el funcionario.
Otro criterio. El jefe de servicios médicos del Hospital Nacional Psiquiátrico, Álvaro Hernández, difiere de la idea de Arroyo.
“A esas personas que internan en el hospital las privan de su libertad por el criterio de un juez.
“A nosotros nos corresponde su atención; la custodia no. Ya hay pronunciamientos en ese sentido. Nosotros no deberíamos cumplir con funciones policiales”, aseveró Hernández.
Él considera que el cuido de los “inimputables” también debería estar a cargo de Adaptación Social, pues si bien no ingresan al sistema carcelario, esas personas quedan privadas de su libertad en el hospital psiquiátrico.
La Policía Penitenciaria solo custodia a reos que debido a crisis emocionales deben quedar internados en ese centro médico.
Idea en el aire. Hace cuatro años, las autoridades de Justicia, la CCSS, la Defensoría de los Habitantes y la Corte Suprema de Justicia se reunieron con la idea de crear un hospital psiquiátrico penal que reuniera las condiciones de seguridad necesarias.
En aquel entonces hubo dos obstáculos: se carecía de contenido económico y no se llegó a un acuerdo sobre quién debía administrarlo.
El nuevo proyecto propone la construcción del centro médico en La Reforma, Alajuela.