Acueductos y Alcantarillados (AyA) cobra de más en unos 4.000 recibos de agua como consecuencia de que no lee los medidores de consumo todos los meses, sino cada dos.
Los cobros extras se producen cuando en los meses en que el AyA no revisa los medidores, la entidad hace estimaciones de consumo superiores a lo que realmente consumieron los usuarios.
Esto, por cuanto realiza un cálculo con base en el promedio de los últimos seis recibos del abonado.
Aunque el AyA procura compensar a los usuarios en el siguiente recibo si estimó un consumo mayor, en algunos casos no es posible.
Un ejemplo: el AyA estima que un usuario consume 43 metros cúbicos de agua en un mes. Le cobra 15 metros cúbicos de tarifa básica (¢1.611) más 28 metros cúbicos adicionales (¢3.764). En total, el usuario paga ¢5.375.
Al mes siguiente, el AyA lee el medidor y constata que durante ambos meses el abonado solo consumió 10 metros cúbicos (según el movimiento del medidor) y trata de compensar al usuario al cobrarle solo la tarifa mínima.
Pero ya en el mes anterior le cobró 28 metros cúbicos adicionales a un precio de ¢3.764, cuando en realidad solo debió pagar la tarifa básica en ambos meses.
Este ejemplo corresponde a un usuario de San Isidro de Pérez Zeledón, quien demostró con recibos que entre mayo del 2002 y junio del 2003, el AyA facturó sus recibos como si hubiera consumido 185 metros cúbicos, cuando en realidad consumió 127.
AyA es consciente
Heibel Rodríguez, Gonzalo Murillo y Andrés Colombari, jefes del AyA, afirmaron en entrevista con La Nación que Acueductos y Alcantarillados es consciente de que esos cobros mayores ocurren.
Pero Murillo, director comercial del área metropolitana, adujo que se trata de un porcentaje de error despreciable dentro de las estadísticas de cobro, si acaso del uno por ciento y por eso la afectación es mínima. El AyA tiene unas 410.000 conexiones activas.
Aseguró que si el usuario comprueba cobros excesivos y pide una rectificación en las sucursales, el AyA devuelve la diferencia.
Agregó que el sistema informático arroja una factura negativa a favor del abonado, el cual puede solicitar que le abonen la diferencia en un recibo próximo.
Sobre la posibilidad de leer todos los medidores cada mes, Heibel Rodríguez, gerente administrativo, apuntó que el costo ascendería a $1 millón (¢405,3 millones) al año por costos de funcionarios, equipos de medición y viáticos.
“No tenemos recursos libres, no tenemos esa plata”, dijo y añadió que ese dinero se podría invertir en un tanque de almacenamiento o en cuatro pozos de agua.
El AyA sostuvo que en países, como los de Europa, la lectura solo se hace una o dos veces al año.