Son pocas las preguntas sobre el fideicomiso firmado entre la Caja Costarricense de Seguro y Social (CCSS) y el Banco de Costa Rica (BCR) para construir 53 centros médicos, que obtienen respuestas claras y concretas.
El convenio fue firmado en 2017 con la promesa de que el BCR podría ejecutar los proyectos de manera ágil por medio de un fideicomiso. Sin embargo, solo contratar una unidad administradora de los proyectos les tomó dos años, y hasta setiembre de 2024 solo cinco obras estaban en construcción. Otras seis se encuentran en fase de diseño y el resto en anteproyecto, ubicación y adquisición de terrenos, o varadas mientras la Caja decide si las construye o no.
Además, de los ¢407.000 millones disponibles para las obras, el BCR solo ha podido ejecutar ¢27.172 millones, equivalente al 6,6% del presupuesto. Hasta setiembre, el BCR recibió pagos de la CCSS por ¢1.920 millones por la administración del fideicomiso.
Carlos Arburola, jefe de Fideicomisos del BCR, rechaza que esos indicadores sean malos resultados, defiende el trabajo de la entidad bancaria y asegura que no han fallado en nada durante el proceso.
- ¿Cómo funciona la figura del fideicomiso en este proyecto que mantienen con la Caja?
- La figura del fideicomiso con la Caja no es nada del otro mundo (...) Hay que tener claro que un fideicomiso puede ser un proyecto que tengamos que ejecutar o un programa de proyectos, en este caso estamos hablando de un programa de proyectos. El responsable de la ejecución, de llevar los procesos de contratación para la construcción de las áreas de salud y entregárselas a la Caja es el Banco de Costa Rica en calidad de fiduciario.
“(...) En este fideicomiso, la Caja cuenta con los recursos para llevar a cabo las obras, eso quiere decir que no hay que entrar en un proceso de arrendamiento (de la infraestructura), sino que simple y sencillamente se termina la obra y se le traslada a la Caja para su uso. Más o menos ese es el esquema que manejamos, del lado de la Caja tenemos una Unidad Técnica Contraparte (UTC), ellos son los encargados de darnos los insumos para nosotros hacer los procesos de contratación que se requieran”.
- ¿Qué perfiles de puestos tiene esa contraparte de la CCSS?
- No puedo darle el detalle, solo puedo hablar a nivel general. Sé que, en su mayoría, tienen muchos técnicos e ingenieros, pero sé que también tienen apoyo de abogados ante consultas y sé que tienen recursos administrativos, eso sería mejor consultarlo a la Caja.
- ¿Y cuáles son los perfiles de ustedes y cuántas personas laboran para este fideicomiso?
- Tengo a cargo, en este fideicomiso, dos gestores, una analista, una supervisora, abogados. Muchos de ellos trabajan a tiempo parcial. Directamente, a tiempo completo, laboran tres personas (...) A nivel del Banco, podríamos estar hablando (entre tiempo parcial y total) entre nueve y 10 personas.
- ¿Cuál era el objetivo principal de este fideicomiso?
- Dotar a la Caja de infraestructura, son 53 proyectos.
- Se lo pregunto porque la Caja tiene una estructura dedicada a esto, tiene una Gerencia de Infraestructura con un cuerpo grande de arquitectos, ingenieros, administradores de proyectos y otros tipos de profesionales ¿Cuál es el valor agregado del BCR y por qué no ejecutarlo la Caja?
- Vea, honestamente ese es un tema que está del lado del fideicomitente (CCSS), porque la necesidad de constituir el fideicomiso nace de ellos.
- ¿Pero, ¿cuál es el valor agregado de ustedes para que se justifique un pago de honorarios por ¢28 millones al mes? ¿No es como duplicar estructuras?
- Aquí es importante conocer que la Caja es demasiado grande y ellos no solo tienen los 53 proyectos que se llevan acá, muchas veces, a la hora de que se lleva a cabo un fideicomiso, es porque se tiene una necesidad de recibir obras e internamente tiene una demanda muy alta.
”Yo sí le puedo decir que una de las bondades de esta figura es el tiempo de ejecución y de cómo se maneja, porque es un grupo interdisciplinario de profesionales dedicado única y exclusivamente al proyecto (...) Estamos abocados específicamente a la atención y ejecución de las obras”.
- Su respuesta no se sostiene viendo los hechos, porque el fideicomiso se firmó desde 2017 y solo cinco de los 53 proyectos están en construcción ¿Cómo explica que, desde ese año, se le han pagado más de ¢2.000 millones al BCR y esos sean los resultados hasta ahora?
- Es importante tener claro cuál es el ciclo de vida de un proyecto, si hay que salir a adquirir un terreno, porque no todos los proyectos tienen un terreno, hay algunos en los que tenemos que adquirirlos o están en proceso de donación. Si tuviéramos que comprar el terreno, el ciclo de vida del proyecto, desde que se inicia la licitación para comprarlo hasta que se entregan las llaves, estamos hablando de seis años. Si no hay que comprar el terreno estamos hablando de cuatro años. También es importante mencionar que en el arranque del fideicomiso fue necesario hacer toda una reglamentación para el fideicomiso.
- Esos tiempos que menciona no calzan con el contrato, porque el contrato era por siete años, porque cuando se firmó lo que se prometió era levantar las 53 obras en ese periodo...
- No, no es así, siempre se planificó a 14 años (...) No se nos puede olvidar, pasamos por una pandemia en 2020 y pasamos por situaciones externas que, cuando se constituyó el fideicomiso, no se tenía forma de saber qué iba a suceder.
“También tuvimos la crisis de los contenedores y cuánto afectó eso a la industria de la construcción, una guerra (entre Rusia y Ucrania) que también afectó la importación de materiales como hierro y acero, son factores que vienen a perjudicar cualquier proceso y cualquier planificación”.
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- La pandemia, la guerra y la crisis de los contenedores son factores de retraso comprensibles, pero son eventos que sucedieron cuando ustedes llevaban tres años o más al frente del fideicomiso. ¿Cómo explica que pasados todos estos años la mayoría de proyectos estén en fase de estudio preliminar o muchos de ellos no tienen ni estudios preliminares?
- A nosotros (BCR) nos aplica la Ley General de Contratación Pública, nos aplica el régimen recursivo (apelaciones de contratos) y para poder contratar lo tenemos que hacer en el Sistema Integrado de Compras Públicas (Sicop). Al inicio fue necesario salir a contratar una unidad administradora de proyectos, que nos presentaron un recurso de apelación y se tuvo que repetir el proceso.
”La Unidad Administradora de Proyectos se contrató hasta el 2019, a partir del 2019 es que se tuvo para llevar adelante todo el programa de proyectos, en el 2020 llega la pandemia y hay que tener claro que, a la hora de ejecutar un proyecto, no es simple y sencillamente, cuando me dan la orden de inicio, al mes siguiente ya voy a tener tractores levantando la obra”.
- El hecho de que les tome dos años contratar, apenas, la unidad administradora de proyectos refleja que no son un mecanismo tan ágil como usted dice. ¿Cómo justifica que pasados más de siete años solo cinco proyectos estén en construcción?
- Cada proyecto o cada adjudicación que se tiene hasta hoy, tenemos 14 proyectos adjudicados en firme, no solo estamos adjudicando una construcción (...) Cuando nosotros hacemos un proceso de adjudicación quiere decir que a un solo contratista se le está contratando el anteproyecto, el diseño, la construcción, el equipamiento y el mantenimiento.
- ¿Cuánto tiempo, en promedio, le ha tomado a la CCSS darle a ustedes las especificaciones y requerimientos de cada proyecto?
- No tengo el dato para dárselo exacto. Los programas funcionales ya los está entregando la Caja, esa es la razón por la que tenemos 14 obras adjudicadas.
- ¿La Caja ha sido diligente en entregarle lo que se requiere para cada proyecto?
- No podría atribuirme o decir si han sido diligentes o no, ellos tienen sus propios procesos internos. Lo que para mí puede ser mucho, puede que para ellos sea lo normal.
- ¿Es responsabilidad de la CCSS los resultados tan bajos del fideicomiso? ¿No han podido avanzar lo suficiente porque la Caja no ha sido ágil en entregar esos programas funcionales?
- No, vamos a ver... Yo no podría decirle que esto solo obedece a que la Caja no ha entregado a tiempo los programas funcionales. Lo que le puedo decir es que se ha tenido que hacer una programación de la entrega de las obras, porque no se pueden entregar las 53 al mismo tiempo.
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- Desde 2017, el fideicomiso tiene una cartera de proyectos por ¢407.000 millones, pero solo han ejecutado poco más del 6% de esa cifra ¿No le parece bajo ese avance financiero?
- No, porque hay obra invisible en la etapa de planificación.
- ¿En qué cosas ha fallado el Banco en este proceso?
- No considero que haya cosas en las que el Banco haya fallado, ha actuado diligentemente en la ejecución del fideicomiso.
- ¿No le parece que esa respuesta, viendo los resultados que tienen hasta ahora, es poco autocrítica?
- No, me parece que está correcta. Hemos obedecido a una planificación y una programación de entrega de obras.
- De acuerdo con esa planificación, ¿Qué va a ocurrir con los proyectos en ejecución durante los próximos siete años de contrato?
- Si todo se mantiene normal, de acuerdo con lo planificado, vamos a empezar a entregar obras, darle áreas de salud a la población y mejorar la infraestructura de nuestro país (....) Eso es lo que yo espero en los próximos siete años.
- Yo le estoy preguntando sobre su planificación y esperaba una respuesta con datos. Por ejemplo, ¿De las seis obras que están en diseño cuándo se va a iniciar la construcción?
- Si quiere, póngame esa pregunta por escrito y con mucho gusto reviso el cronograma y le podría decir cuándo estaría iniciando la construcción. No le puedo decir cuántas se van a terminar en los próximos siete años, porque hay cosas que no dependen de mí. Tengo 23 de esas 53 obras que, al día de hoy, me las tienen detenidas y no dependen del Banco de Costa Rica.